Sin paz, sin orden, sin ley

AutorNoé Zavaleta

XALAPA, VER.- Gregorio Goyo Jiménez de la Cruz, reportero de la fuente policiaca de los periódicos de Coatzacoalcos Liberal del Sur y Notisur, es el décimo periodista asesinado en los 38 meses que lleva al frente del gobierno de Veracruz el priista Javier Duarte de Ochoa, cuya administración se ha mostrado incapaz de enfrentar la violencia que envuelve a la entidad.

Los veracruzanos viven ahora -sobre todo en los últimos dos meses- entre le-vantones, asesinatos, secuestros, fosas clandestinas y tiroteos. La indignación ciudadana se refleja en marchas de familiares de los desaparecidos, quienes repudian la ineptitud de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).

La semana pasada se efectuaron tres protestas del Colectivo por La Paz, dos en Xa-lapa y una en el puerto de Veracruz. Además, luego del secuestro y ejecución de Jiménez de la Cruz, el gremio periodístico veracruza-no encabezó marchas de repudio contra el gobierno de Duarte, su aparato de seguridad y su sistema de procuración de justicia durante siete días consecutivos.

En Coatzacoalcos tuvieron lugar las protestas más airadas, pero en la capital estatal el rechazo fue más puntual: el miércoles 12 en la entrada principal del Palacio de Gobierno se colocó una cartulina que exigía "renuncia Bermúdez, renuncia Amadeo, renuncia Gina, renuncia Duarte, renuncia Macías, renuncia Namiko. Renuncien, renuncien".

Se aludía al titular de la SSP, Arturo Bermúdez; al procurador Amadeo Flores; a la vocera del gobernador, Gina Domínguez; al propio mandatario; al diputado y empresario periodístico Eduardo Sánchez Macías –quien les aseguró a los reporteros que Goyohabía sido rescatado con vida– y a la secretaria ejecutiva de la Comisión Estatal de Periodistas, Namiko Matsumoto, cuya oficina es un elefante blanco que le cuesta al erario 20 millones de pesos al año.

Ese mismo día en la red social Twitter la etiqueta #HastaQueRenuncieDuarte se convirtió en tendencia dominante entre periodistas tanto locales como del país entero y aun de Latinoamérica.

La versión de la PGJ asevera que el homicidio fue producto de una venganza por diferencias personales con Teresa de Jesús Hernández, dueña de un bar y quien según la dependencia pagó 20 mil pesos a cinco sicarios para secuestrar, asesinar y luego sepultar a Jiménez de la Cruz en una fosa clandestina en el municipio de Las Choapas.

Amnistía Internacional condenó el asesinato e hizo un llamado a que se haga una investigación pronta e imparcial a fin de determinar si el crimen fue consecuencia del trabajo periodístico de Goyo.

Por su parte la organización Artículo 19 consideró “inaceptable” que el gobierno de Duarte descarte el trabajo periodístico de Jiménez de la Cruz como “posible móvil” del homicidio.

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también lamentó el crimen: “El fatal desenlace trae una vez más el luto a Veracruz. Combatir la impunidad que rodea muchos casos de agresiones contra las y los comunicadores sociales, así como los múltiples ataques a las...

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