Abastece familia a red de piratería

En sólo tres años, el Grupo Mekong se convirtió en el consorcio que controla más de la mitad del abastecimiento de discos a la piratería en México, gracias a una infraestructura conformada por 3 mega bodegas de almacenamiento, 10 domicilios de venta en el Distrito Federal y Guadalajara, y una empresa de transportes.

A la sombra de las autoridades, Mekong ha utilizado al menos 5 empresas importadoras "fantasma" para introducir al país más de 200 millones de discos CDRs por año, productos que son fabricados en Taiwán, transportados a la costa Oeste de Estados Unidos, y comercializados en México.

Es decir, esta comercializadora introduce al menos la mitad de los 400 millones de discos vírgenes que anualmente ingresan al país, y es una de las principales responsables de que la industria legal pierda 360 millones de dólares por año, en indicadores que sitúan a México en el tercer lugar mundial de piratería fonográfica.

De acuerdo con la investigación PGR/UEDO/397/02, el 66 por ciento de los discos que importa este grupo entran al país por Tijuana, Baja California, y desde la Ciudad de México son distribuidos al centro y sureste de la República, y Centroamérica, por medio de la empresa "Autotransportes Tonatiuh".

Las autoridades Hacendarias y Aduanales investigan, por su parte, a las compañías norteamericanas que venden los discos a Mekong, ya que se ha detectado que violan las cuotas arancelarias y han causado pérdidas millonarias al fisco, además de que la mayoría de los discos han entrado a México por una aduana no autorizada, que es Tijuana.

El directorio de Mekong, sujeto a investigación por la UEDO, está conformado por 13 miembros de las familias Solís Heredia y Casas, dos de ellos ex convictos y otros dos actualmente arraigados por la Procuraduría. Salvador Alfonso Solís Casas, gerente general, está identificado como el "cerebro" de esta organización.

El documento oficial consultado destaca que hasta 1998, estas familias funcionaron en un esquema de ventas "disperso", y que después de ese año se asociaron para consolidar un oligopolio que masificó el negocio de la venta de discos a la piratería y permitió a sus socios acumular grandes riquezas.

Mekong es uno de los ejemplos de la capacidad de supervivencia de la piratería como negocio ilegal, ya que, como sucede con el narcotráfico, se ha detectado que cada vez que las autoridades atacan a sus intereses, la empresa de los Solís ha modificado su "modus operandi" y la forma de importar discos, con el fin de conservar su mercado.

Los orígenes

La información de la que hasta ahora disponen las autoridades señala que la familia Solís es originaria del Barrio de Tepito, y que a principios de los años 90 empezaron un proceso de "regularización" de sus actividades, mediante el establecimiento legal de algunos puntos de venta.

Este proceso implicó que gradualmente la familia delegara a otras personas el comercio de música pirata, y se avocará exclusivamente al negocio de la materia prima, los discos CDRs, en empresas pequeñas.

Entre los registros que existen sobre sus primeros problemas con la justicia, aparece Carlos Solís Heredia, quien fue detenido el 5 de noviembre de 1997 por la PGR, en posesión de miles de discos vírgenes, equipos de audio y portadas de casete.

Este hombre fue capturado junto con Juan Cipriano Olvera...

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