Acerca de El caso Neruda sigue abierto

De Mario Casasús

Señor director:

Las pruebas de ADN sí se realizaron. Los sobrinos de Neruda aportaron las muestras. La identificación del ADN es un protocolo, no se trata de un elemento para probar la conspiración en el presunto asesinato ordenado por Pinochet. Las exhumaciones de Neruda fueron vigiladas por la familia -en 1973 por la viuda Matilde Urrutia, y en 1992 por el sobrino Rodolfo Reyes-; además contamos con los registros fotográficos del cadáver del poeta (1992). En la última exhumación los científicos detectaron: el medicamento dipirona, la metástasis ósea y un tratamiento estrogénico. Sería absurdo pensar que la dictadura de Pinochet consiguió un cadáver idéntico a Neruda, con metástasis ósea, proveniente de un paciente con tratamiento estrogénico, al que le inyectaron dipirona.

El reportero Francisco Marín imagina una conspiración actual dentro de la presunta conspiración de 1973: "Las especulaciones continúan y todo indica que las autoridades de Chile están urgidas por desembarazarse del asunto" (sic). El corresponsal de Proceso omitió publicar algunos datos: El juez Mario Carroza aceptó la propuesta de los abogados querellantes de enviar contramuestras a otros laboratorios de Europa, por definirse entre Suecia, Suiza y Austria; el juez aceptó la participación de dos peritos propuestos por el abogado querellante Eduardo Contreras (fueron testigos durante la necropsia de Neruda y en la discusión con los científicos de Chile, España y Estados Unidos). El forense Luis Ravanal perdió credibilidad después del veredicto del juez Mario Carroza en el caso Salvador Allende, al quedar descartada la teoría del magnicidio. A pesar de la queja de Marín, era predecible que Ravanal no estaría convocado para participar en la exhumación de Neruda. Marín y Ravanal escribieron un libro sobre el "asesinato" de Allende ("Yo no me rendiré", 2013).

La persistente asesoría de Ravanal en los reportajes de Marín podría generar un conflicto de intereses. Proceso debería diversificar sus fuentes; de lo contrario, publicarán la visión unilateral de Ravanal. El peor de los paradigmas defendido por el forense consiste en negar la existencia de la metástasis cancerosa: "forzadamente se busca confirmar que las lesiones de hueso evidenciadas en los exámenes histopatológicos de Neruda son concordantes con metástasis" (Proceso 1908).

Finalmente, estoy de acuerdo con Ravanal en un punto: Neruda no padecía caquexia: "Si uno revisa las imágenes del cadáver de...

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