Acuerdo forzado

AutorElsa Cecilia Pina y Andrés Canizalez

CARACAS.- El 8 de diciembre, en una inesperada cadena nacional de radio y televisión, el presidente Hugo Chávez pronunció las que son hasta ahora sus últimas palabras en público. Tras confirmar que debía someterse a una nueva intervención quirúrgica en La Habana, aseveró: "Yo quiero decir algo, aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo. Si como dice la Constitución se presentara alguna circunstancia sobrevenida que a mí me inhabilite, óigase bien, para continuar al frente de la presidencia de la República (...) y sobre todo para asumir el nuevo periodo para el cual fui electo por la gran mayoría de ustedes, mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a -el vicepresidente- Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivaria-na de Venezuela".

El mensaje de Chávez fue directo y claro. Su tono no dejó lugar a dudas: en caso de que el jueves 10 no volviera a Caracas para prestar juramento como presidente e iniciar un nuevo mandato (2013-2019), deberían convocarse nuevas elecciones.

De acuerdo con el camino constitucional que el propio Chávez trazó, entre el fin del periodo de gobierno anterior y unas nuevas elecciones debería decretarse una presidencia interina ejercida por el segundo cargo en importancia con voto popular: el presidente de la Asamblea Nacional, para el cual fue reelecto por sus colegas el sábado 5 el diputado Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). De acuerdo con el texto constitucional, Cabello debería convocar a elecciones en un plazo de 30 días y, según lo ordenado por Chávez, Maduro sería el candidato del chavismo.

Sin embargo, el miércoles 9 el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictaminó que no era necesario que Chávez acudiera a tomar posesión para que se le considere presidente de la República, pues fue reelecto y goza de un permiso de la Asamblea Nacional (Parlamento) para ausentarse del país. De acuerdo con esta sentencia, inapelable e irrevocable, Chávez es presidente hasta que se encuentre en condiciones de rendir juramento como mandatario, y no se establece un plazo máximo de espera para su recuperación.

Incertidumbre

Las decisiones de la Asamblea Nacional y del TSJ "evidencian la falta de independencia de estos poderes públicos, pues violentan la letra de la Constitución vigente", comenta a Proceso Vladimir Villegas, exembajador de Venezuela en...

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