Acuerdo en lo oscurito

AutorMarco Appel

BRUSELAS.- Luego de que el miércoles 4 el Parlamento Europeo decidiera desechar el Acuerdo Comercial contra la Falsificación (Anti-Counter-feiting Trade Agreement, ACTA) pues su contenido "es demasiado vago, abierto a una interpretación errónea y en consecuencia representa una amenaza a las libertades de los ciudadanos europeos", el gobierno de Felipe Calderón firmó ese tratado el miércoles 11 mediante su embajador en Japón, Claude Heller.

A diferencia de los gobiernos de la Unión Europea (UE) que informaron a sus gobernados sobre la fecha en que firmarían el ACTA -el 26 de enero pasado así lo hicieron la Comisión Europea y 22 de los 27 países de la UE-, el gobierno mexicano en un comunicado de prensa anunció su rúbrica la noche del miércoles 11, cuando ya era un hecho consumado.

La decisión del gobierno calderonista de firmar el ACTA llegó cuando los opositores al tratado aún disfrutaban de su victoria en Europa tras la negativa definitiva del Parlamento Europeo.

Estados miembros de la UE, como Alemania u Holanda, suspendieron el proceso de aprobación y ratificación, en gran parte debido a las protestas de sus ciudadanos y de organizaciones defensoras del libre acceso a internet.

El pasado 10 de febrero la ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país retirar la instrucción para que su gobierno firmara el ACTA; el 30 de mayo el Parlamento holandés rechazó el mismo tratado "al no poder mostrar fehacientemente que no va en contra de las leyes europeas y holandesas".

Más aún, el pasado 1 de febrero la embajadora de Eslovenia en Japón, Helena Zorko Drnovsek, quien el 26 de enero firmó el tratado en nombre de su país, reconoció que así lo había hecho "por descuido cívico, ya que no presté suficiente atención (...) Sencillamente -escribió en una disculpa pública- no conecté con claridad lo que plantea el tratado que fui instruida para signar y el que, de acuerdo con mis propias convicciones cívicas, limita y retiene la libertad de participación en la red más grande e importante en la historia de la humanidad y, por lo tanto, limita el futuro de nuestros hijos".

También Polonia suspendió el proceso de ratificación. Así lo anunció a principios de febrero -cuando los manifestantes contra el ACTA tomaban las calles de ese país- Donald Tusk, el primer ministro, quien reconoció la falta de consulta en torno al acuerdo y que éste abordaba el tema del combate a la piratería...

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