Y ahora... la batalla por Nuevo Laredo

En el cambiante mapa del narcotráfico en México la próxima batalla estratégica será por Nuevo Laredo, el bastión de Los Zetas dominado por Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, hasta su detención el lunes 15. Sus antiguos aliados del Cártel del Golfo (CDG), en asociación con Joaquín El Chapo Guzmán, se preparan para el asalto de esa plaza.

Defender Nuevo Laredo será la principal prueba para Óscar Ornar Treviño Morales, El Z-42, llamado a suceder a su hermano mayor en el liderazgo de la organización más violenta de la delincuencia organizada en el país y con presencia trasnacional, al grado que Estados Unidos la incluyó en su lista de "terroristas".

La historia de Los Zetas no se acaba con la detención del jefe que apenas el año pasado se impuso sobre las demás bandas a base del terror y la división. Su consolidación fue paulatina, después de separarse del CDG.

Pocos se metían con Miguel Ángel Tre-viño. Ni siquiera se atrevió Genaro García Luna cuando estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública. Uno de los fundadores de la organización, Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Z-7 o El Mamito, declaró el pasado 29 de abril ante la Corte federal de Estados Unidos en Austin, Texas, que al Z-40 lo dejaron crecer durante los gobiernos del PAN.

De acuerdo con El Mamito, el gobierno de Felipe Calderón recibió información de un testigo protegido de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) sobre los movimientos de Miguel Ángel Treviño, a quien le lavaba dinero en Estados Unidos.

Ramiro Villarreal Guajardo, El Gordo, comenzó a trabajar para el Z-40 en 2009. Empezó comprando caballos cuarto de milla para su patrón, luego se hizo cargo de la administración de otros negocios en Estados Unidos. En septiembre de 2010 fue detenido por la DEA y decidió convertirse en informante cuando las autoridades estadunidenses le ofrecieron quitarle cargos y reducir su condena.

Durante casi un año cooperó con esa agencia y el Buró Federal de Investigación, cuyos agentes grabaron todas sus conversaciones con los hermanos Miguel Ángel y Óscar Ornar Treviño Morales. En una ocasión alertó a la DEA que el Z-40 estaría en una carrera clandestina de caballos en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

La DEA informó a las autoridades de México sobre la ubicación del narcotrafi-cante. Los oficiales mexicanos enviados a capturarlo sólo le tomaron fotografías. Su detención habría desatado una balacera, argüyeron. Además, el capo se movía con una escolta de más de 20 pistoleros.

El Gordo, de 38 años, puso su vida en juego al delatar a su jefe. En marzo de 2011 su cuerpo apareció calcinado en el interior de un automóvil en Nuevo Laredo.

"Miguel Ángel...

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