"Aquí el único gallo soy yo"

AutorJ. Jesús Esquivel

Sara Cosío Vidaurri Martínez era una de las jovencitas más populares de los centros nocturnos y restaurantes caros de Guadalajara cuando Rafael Caro Quintero y sus colegas dominaban el negocio del trasiego de drogas en México. Hija del secretario de Educación Pública de Jalisco, César Octavio Cosío Vidaurri, y sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, exgobernador de la entidad y expresidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la capital mexicana, Sara supuestamente fue secuestrada por Caro Quintero, quien se la llevó con él a Costa Rica. Cuando fue detenido el capo mexicano, Sara estaba acompañándolo en esa finca a las afueras de San José.

Sarita no era tan bonita como se decía -sostiene José 2, quien conoció de cerca a esta mujer-, más bien Rafael Caro Quintero se encaprichó con ella. Era medio gordita, a decir verdad. Pero fue cuento eso de que la secuestró, ella andaba con él por la buena. Era igualita de caprichosa que Rafael, hija de ricos, al fin.

"Caprichosa como Caro Quintero..."; ¿qué quiere decir?

En el tiempo que la andaba conquistando, Caro Quintero le regaló un carro blanco convertible, un Ford Continental que los Tierra Blanca le fueron a entregar a Sara a su casa. Pero no lo quiso, lo regresó con los mismos Tierra Blanca.

Extrañamente, Rafael no se enojó; me pidió a mí que le llevara nuevamente el carro a Sarita. Le llevé el carro a la muchacha, quien vivía en la casa del papá. Dejé el carro en la casa, estacionado. Luego salió ella y lo quemó, le echó gasolina y lo quemó. Eso ocurrió a finales del año 1984.

El carro que quemó Sara era uno especial que encargó Rafael a la agencia Ford Country Motors de Guadalajara, que era de los hermanos Cordero Stauffer. A esos mismos hermanos Caro Quintero en 1984 les compró 300 Grand Mar-quis. Se los pagó con dinero en efectivo que les entregó en un portafolios, Gárate y yo lo acompañamos a comprarlos. La agencia de coches estaba en la avenida Unión y Paseo de Las Águilas. Los Grand Marquis que compró costaban 1 millón 700 mil pesos cada uno.

Los dueños de la agencia le preguntaron a Caro Quintero de qué color quería los carros, y él les respondió que eso valía madres, que los quería para su gente y para regalarlos a los políticos, jefes de la policía y del Ejército, eso les dijo.

Por cierto, a [Sergio] Espino Verdín le llevaron uno de color azul que no le gustó mucho. Todo esto pasó poquito después de que mataron al Doctor, el medio hermano de don Ernesto Fonse-ca Carrillo.

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR