Soy artesano, ¿y?

AutorRafael Rodríguez Castañeda

¿Cómo y cuándo decidió dedicarse a la literatura?

-Es difícil determinarlo. En un principio, escribir es un atractivo inconsciente, un deseo conformado vagamente. Después, una vez que se comienza, uno comprende que sólo hay una forma de escribir: profesionalmente. No hay otra salida. Por mi parte, no sabría determinar cuándo ni dónde decidí hacerme escritor profesional. Un día me di cuenta de que, además de aprender a escribir, tendría que volverme malicioso.

-¿En qué medida son sus obras producto de la imaginación?

-Bueno, creo tener poca imaginación. Sólo puedo escribir de cosas que conozco. Únicamente de lo que me ocurre, o de lo que me interesa más directamente, más personalmente.

-Algunos escritores acostumbran tomar notas de hechos que posiblemente conviertan después en material literario. ¿Usted lo hace así?

-Nunca. No tengo cuadernos de apuntes. Lo que no se retiene en la memoria o en el ánimo, al menos para mí, no vale la pena de aprovecharse. Es cierto que muchas de mis obras han requerido una extensa documentación, pero esta necesidad surge a posteriori, cuando ya decidí el tema y el argumento.

-Hay la opinión, en ciertos círculos, de que usted es un artesano literario, por su excesivo afán de planear al detalle sus obras. ¿Qué piensa usted?

-Sí, soy un artesano. No me creo un artista. Trazo un esquema previo muy preciso de mis obras. Dicen que al escribir parece que utilizo compás y regla; yo considero esto más virtud que un defecto. El esquema inicial, claro está, se va modificando conforme voy escribiendo. Pero me sirve de apoyo básico. En ocasiones el esquema es mental. A veces me basta apuntarlo en un pequeño papel.

-¿Quiénes son los albañiles de su novela?

-Son personajes extraídos realmente de individuos que trabajaron conmigo durante los dos años que practiqué la ingeniería civil. No son estrictamente su calca. Pero sí conservan muchas de sus características. En un principio planeaba escribir una serie de cuentos con los albañiles como protagonistas en cada uno de ellos. Finalmente mi proyecto desembocó en la novela.

-¿Podría explicarnos su sistema para transformar a una persona real en un personaje imaginario?

-Sí. Tomo a un individuo, con sus características completas, y lo someto a un tratamiento que yo llamo de "deformación novelística". Tiene como fin, esencialmente, adaptar el personaje a las características de los otros personajes de la novela, y a la estructura y al plan de esta misma, sin que por ello pierda lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR