Atrocidades culturales de la suerra en Siria

AutorJorge Sánchez Cordero

El conflicto en el cercano Oriente obedece a una maraña de intereses de muy diversa índole, cuya complejidad se acrecienta con el tiempo mientras que las posibilidades de solución se reducen sensiblemente. La conclusión del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en su informe de febrero del año en curso no deja lugar a dudas: la solución política para Siria en las condiciones prevalecientes es imposible.

A esta situación de alta complejidad habría que agregar la destrucción de uno de los patrimonios de mayor riqueza en el ámbito cultural y que ha sido cuna de las civilizaciones más antiguas. Esta destrucción parece no tener precedente a escala internacional. Damasco y Alepo, dos de las ciudades sirias de mayor importancia, fueron escenarios de los primeros asentamientos humanos y es en Siria en donde surge la primera sociedad agraria.

Las fuerzas antagónicas en Siria no han reparado en tomar monumentos pertenecientes al patrimonio cultural de la humanidad como resguardo para sus actividades militares, en flagrante contravención de la legislación internacional. El torbellino de la confrontación bélica y la imposibilidad de acceder a los sitios del patrimonio cultural impide ver con claridad la magnitud de esta destrucción sistemática, lo que adicionalmente emboza una información confiable. No obstante, se tiene certeza de que 12 de los 36 museos sirios han sido saqueados. Estos eventos fueron inicial-mente negados por el gobierno sirio, que reducía la pérdida a una estatua dorada aramea del Museo de Hama y una pieza de mármol del Museo de Apamea; los demás bienes culturales museísti-cos, sostenía, se habían puesto a buen recaudo.

Se cuenta ya con información de que han resentido severos daños en Alepo, el mercado milenario, la gran mezquita Umayyad y la ciudadela, así como en la Ciudadela de Raqqa. Lo que también es lamentable es el daño a la capilla de los cruzados en el Crack de los Caballeros, cerca de la ciudad de Azzara. Este sitio patrimonial fue una fortaleza de los cruzados, con un estilo que refleja una mezcla de las culturas francesa y musulmana. A ello habría que agregar la destrucción del campanario de la Iglesia Um Al Zanar, en el norte de la provincia de Homs.

Un templo asirio de la mayor importancia fue destruido en Tell Sheikh Hamad, junto con las paredes y torres de la ciudadela de al-Madiq. Las tropas regulares del gobierno sirio no han tenido escrúpulo alguno en ocupar el castillo de Ibn Maan, en la ciudad romana de Palmira, en cuyo valle de las tumbas apostaron tanques, al sur de la antigua ciudad. La magnitud de la destrucción es un reto a cualquier imaginación.

A lo anterior hay que agregar el pillaje. En el Valle del Eufrates se han identificado excavaciones ilícitas, específicamente en Mari, Dou-ra...

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