La 'Bici-Ruta', OpcióN Dominical de Convivencia Familiar En MéRida

Mérida, 4 Ene (Notimex).- Turistas de varias partes del país y del mundo, así como los meridanos, tienen un atractivo adicional en esta ciudad colonial, donde desde la década pasada permanece vigente el paseo urbano conocido como "Bici-Ruta".

Se trata de una actividad dominical que congrega a las familias, parejas y amigos en un recorrido por la principal avenida de esta capital, Paseo de Montejo, a lo largo de la cual se colocan además áreas para pintar y jugar, así como diversas exposiciones.

La "Bici-Ruta", programa de convivencia fomentado por el ayuntamiento de Mérida desde la década pasada, se realiza la principal avenida de esta urbe construida a partir del siglo XIX con reminiscencias arquitectónicas europeas de la época que aún persisten y que se amalgaman con la vegetación local y lo yucateco tradicional.

Desde temprana hora, niños y sus familias caminan, corren o conducen bicicletas individuales o familiares, mientras sus mamás y abuelas bailan al ritmo de las clases de zumba que se brindan en el lugar gracias a que la circulación de vehículos se mantiene alejada de la zona.

"Esta es una muy buena idea, sobre todo hacerlo en una avenida amplia y tan bonita como Paseo de Montejo", comentó en tono aprobador el turista estadunidense John Rounds.

En entrevista con Notimex, Rounds, quien tiene la idea de permanecer algunas semanas en la zona como parte de un paseo que realiza con su esposa e hijos por esta parte del país, elogia el circuito.

"Me parece muy bien que las autoridades hagan un paseo como este, que cierren las calles y que permitan la convivencia de su gente y de aquellos que venimos a visitar la ciudad", opinó el visitante oriundo de Colorado.

Secundándolo, su esposa, Christy, dijo que es muy difícil encontrar en algún otro sitio un proyecto como ese que conjugue la convivencia familiar en la principal avenida de una ciudad, con una vista como la que ofrecen las antiguas casonas de esa vialidad y la oferta de entretenimiento, comida y seguridad.

A unos metros de allí, una indígena, inconfundiblemente de la zona de los altos de Chiapas y originaria de San Juan Chamula, camina bajo la sombra de frondosos árboles aprovechando la multitud de gente y la posibilidad de vender coloridas chalinas que, por cierto, no son mexicanas.

Con su tradicional vestimenta multicolor, sus trenzas, y con su pequeño Ángel de 10 años con ella, Martha López ofrece las piezas primero a 120 pesos, luego a 100 ó a 90 pesos a la espera de vender unas...

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