Bodas de ensueño...que no valen

AutorPatricia Dávila y Rodrigo Vera

Varias empresas hoteleras y turísticas ofrecen suntuosos bailes y banquetes de boda que ya incluyen la ceremonia religiosa encabezada por un sacerdote, a fin de que los contrayentes y sus invitados no se molesten en ir a los templos para participar en el rito nupcial.

Las parroquias son hoy sustituidas por las playas privadas de lujosos resorts, por los vastos jardines de hoteles de cinco estrellas, o bien, por los patios empedrados de remozadas haciendas. En estos sitios los miembros de la clase pudiente o del mundillo de la farándula suelen realizar rumbosos esponsales para lucir sus galas. Sin embargo, la jerarquía católica está invalidando esas bodas, con el argumento de que no se realizan en un lugar sagrado. Además, "desvirtúan la vida cristiana y las celebraciones litúrgicas", pues convierten en una mera mercancía al sacramento del matrimonio.

El sacerdote José de Jesús Aguilar, responsable del área de Radio y Televisión del Arzobispado de México, y muy cercano al mundo del espectáculo, advierte:

Este tipo de bodas no son válidas para la Iglesia. Simplemente no cuentan. Inclusive, el Episcopado Mexicano las prohíbe, principalmente por su carácter de exclusividad, ya que el sacramento del matrimonio debe ser comunitario, totalmente abierto al pueblo.

-¿En México están muy extendidos esta clase de matrimonios?

-Sí, y son muy frecuentes en playas como las de Acapulco, Cancún, Ma-zatlán, Puerto Peñasco y otras más. Pero también en algunos lugares del centro del país, como Cuernavaca o la propia Ciudad de México.

La gente que participa en estas bodas las ve simplemente como un show. Solamente les interesa la fiesta, la comida, la música, o el lujo de los anillos y el vestuario. Para ellos, lo de menos es el sagrado sacramento del matrimonio.

Y señala que, a raíz de haberse invalidado el matrimonio religioso de la actriz Angélica Rivera, La Gaviota, este grave problema se destapó.

"A partir del caso de La Gaviota, varias personas que se casaron en la playa se están dando cuenta de que sus matrimonios tampoco son válidos, y ahora intentan validarlos. Este caso sacó el problema a relucir", dice el padre Aguilar.

Y es que Angélica Rivera y José Alberto El Güero Castro se dejaron subyugar por el "exclusivo" y "romántico" escenario que ofrece la finca El Paraíso, ubicada en la bahía de Puerto Marquez, en Acapulco.

Las fotos publicitarias muestran al lugar con un enorme crucifijo dispuesto en el altar al aire libre, cuyo fondo es el imponente mar azul. Según las crónicas de la prensa del corazón, ahí hubo un ocaso deslumbrante el 11 de diciembre de 2004, cuando la actriz y el productor de televisión contrajeron nupcias a la orilla de la playa, después de 14 años de vivir en unión libre.

Al evento acudieron 500 celebridades.

Verónica Castro, hermana de El Güero, fue la madrina de arras. Las hijas de la pareja, Sofía y Fernanda, pusieron el lazo y los anillos. Como parte de su ajuar, la novia llevaba puesto un collar con brillantes que le prestó su mamá; las prendas interiores -de color azul- fueron regalo de su hermana Adriana.

El evento fue amenizado por el cantante Nicho Hinojosa y los invitados disfrutaron de los platillos preparados por el chef Eduardo Colman, a base de salmón y camarón. De postre se sirvió...

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