Más sobre el "boicot electoral"

De Martí Batres

Señor director:

Con todo respeto, discrepo totalmente de la opinión de Sicilia. Es una falsedad que todos los partidos políticos son iguales. No lo son ni en el alcance de sus actos ni en su responsabilidad histórica. Más aún cuando no todas las fuerzas políticas se dejaron absorber por el llamado Pacto por México.

Hablo a nombre de Morena, que no firmó tal pacto, que no avaló ninguna de las llamadas reformas estructurales y que no respalda la falsa guerra contra el narco que se ha seguido en los últimos ocho años. Morena tiene legitimidad y autoridad moral para cuestionar a un régimen al que ha combatido frontalmente y del que ha sufrido una persecución implacable.

El abstencionismo le ayudó en su momento a Felipe Calderón y después a Enrique Peña Nieto. Históricamente, las sociedades se han transformado a través de revoluciones armadas o de la vía electoral, pero nunca dejando de participar en la lucha por conducir a la nación. Morena escoge la vía electoral, pues evita sufrimientos adicionales a los pueblos.

Atentamente

Martí Batres Guadarrama presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena

Respuesta de Javier Sicilia:

Querido Martí Batres:

Yo tampoco, con todo respeto, concuerdo con usted. Es el sentir no sólo mío sino de millones de personas en este país. El Estado moderno y su sistema de partidos están agotados. Son una construcción histórica que, como toda construcción histórica, nace, crece, se corrompe y muere. Aferrarse a ella es una ilusión insostenible. Puedo comprender que muchos se aterren a ella. Es duro aceptar que lo que tuvo sentido algún día ha dejado de tenerlo y que es necesario construir desde el vacío otra cosa.

Es desde allí desde donde muchos estamos trabajando.

Con ello, no quiero decirle que dudo de la honestidad de muchos de los hombres y mujeres que conforman Morena. También los hay en los otros partidos. Ese no es el problema. El problema es que el Estado y sus instituciones, a las que usted se aterra a través de su partido, están, como le digo, absolutamente corrompidos, y las buenas personas no alcanzan a reformarlos desde dentro.

Ustedes, es la lección de la historia, terminarán devorados, contaminados y corrompidos por esas instituciones. Hay que crear otra cosa, por desgracia. Recordemos, para saberlo, al PRD del que usted, tanto como Andrés Manuel y miles de otros, formaron parte. Una hermosa promesa en su momento, que se degeneró.

Esa degeneración estaba ya larvada desde que...

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