Censura a la mexicana

AutorYetlaneci Alcaraz

PRINZENDORF, AUSTRIA.- El pasado 30 de enero, a las 17:52 horas, un correo electrónico proveniente del director del Museo Jumex, Patrick Charpenel, cayó en la bandeja electrónica de la oficina en Viena del afamado Hermann Nitsch.

El mensaje, de cinco líneas, era claro: la gran exposición que desde hacía dos años se preparaba para mostrar por primera vez en el país el trabajo del artista austriaco no podía tener lugar en las ins-talaciones del museo. El motivo: "La actual situación política y social de México".

Sin abundar en el motivo, el breve mensaje apenas hacía referencia a una "reacción hostil" (unwelcoming reaction) hacia la próxima inauguración, programada para el pasado 27 de febrero. No más.

Fue así como de un día para otro y uni-lateralmente el Museo Jumex cerró de tajo la posibilidad de que los mexicanos conocieran la obra del polémico artista.

El hermetismo para proporcionar más detalles sobre la radical decisión de la dirección del Museo y del propio curador de la exposición, el francés Michel Blancsubé, hi-zo que medios mexicanos e internacionales, entre ellos The New York Times, especularan que el motivo de la repentina cancelación habría sido una petición lanzada en internet desde el sitio change.org por un grupo de ambientalistas y defensores de animales.

La solicitud, que reunió 5 mil 363 firmas, pedía suspender la muestra de Nitsch "por mutilar, degollar, asesinar y al final exhibir los cadáveres de animales sintientes".

Sin embargo, a más de un mes de los hechos, el propio Nitsch pone en duda que tal haya sido el motivo verdadero para cancelar su exposición y, por increíble que parezca, dice desconocer hasta hoy lo sucedido.

"Creo que no se entendió mi trabajo. Por desgracia los días que pasé en México estuve muy enfermo de pulmonía. Si no hubiera sido por eso, hubiera hablado con los protectores de animales que se oponían a mi exposición. Pero en realidad creo que esa petición no fue lo que definió la decisión de suspenderla. Hubo otro tipo de problemas", afirma en entrevista con Proceso desde su castillo en Prinzendorf.

-¿A qué tipo de problemas se refiere?

-No lo sé, pero algo pasó. En el museo hubo problemas. Personalmente hablé con el director (Patrick Charpenel) y me dijo que había una serie de intrigas que él mismo no entendía. No pudo explicármelo y yo tampoco quise ya saberlo. Al final no viajé a México para insultar al hombre (Charpenel) que además me había dicho que pronto se iría -explica Nitsch.

El dicho del artista confirma la versión de The New York Times del pasado 24 de febrero en el sentido de que Charpenel habría renunciado y dejaría su puesto en marzo. Este semanario buscó confirmar dicha renuncia con la Fundación Jumex, pero su oficina de prensa no respondió a la solicitud expresa de Proceso.

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