Ciudades lacustres

AutorSamuel Máynez Champion

Asimismo es imprescindible traer a cuento a la también mítica México-Teno-chtitlan, ya que desde el primer momento en que los europeos posaron su mirada sobre ella, el paralelismo entre ambas ciudades evolucionó por vías insospechadas. De emulación y asombro para los venecianos de los siglos XVI y XVII y de amarga evocación y añoranza para los mexicanos de la actualidad.

Tratemos, pues, de esclarecer los caminos por los que transitó el gradual conocimiento de las dos urbes que, sin quererlo, fueron vistas y ponderadas como hermanas gemelas. Para empezar, más allá de los relatos de viajes, el primer indicio "tangible" que se difuminó en Europa sobre la ciudad mexi-ca derivó de la edición latina de las Cartas de relación de Hernán Cortés, dado que ahí se vislumbró el supuesto plano de la misma. Hemos de recordar que el plano cortesia-no se publicó en Nürenberg en 1524, presumiéndose que su matriz fue realizada por algún soldado al servicio de Cortés, quien se basó en un supuesto prototipo indígena del que se perdió la huella. En la imagen, hecha ésta adhiriéndose a los principios de la urbe renacentista ideal, encontramos una deformada abstracción de lo que Tenochtitlan había dejado de ser, es decir, al momento de la publicación, estaba reedificándose y ya había sepultado consigo los restos de su presunta fisonomía indígena.

Es de señalar la calculada desproporción del Centro Ceremonial con respecto al tamaño total: ocupa un tercio del islote. Y para acentuar la exageración de sus dimensiones, se describieron en latín, la lengua de Dios, las aberraciones que ahí sucedían. Veamos en detalle el corazón de la urbe:

En el cuadrante izquierdo se acomoda el asonante nombre de Temixtitan, pero está partido en dos, en involuntaria alusión a su destino frente a la presencia hispana. En la parte superior se menciona la índole del pretendido Templo Mayor: Templum ubisacri-ficant o "templo donde se sacrifica", y para que no haya duda, una cabeza cercenada aparece en medio de la construcción. Debajo de ésta se inscribe Capita sacrificatoru o "cabezas de los sacrificados", que se aplica a los tzompantlis. En el centro está el cuerpo descabezado de cuyos brazos manan volutas de sangre...

Una vez publicado el mapa en los reinos germanos no tarda en imprimirse en Venecia, junto a las Cartas de relación traducidas.

Y sólo cuatro años después (1528) el cartógrafo veneciano Benedetto Bordone edita un "nuevo" mapa que se basa en el plano cortesiano, aunque con...

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