Regulación del comercio sexual

AutorMarta Lamas

A lo largo de la última década y media se ha ido desarrollando una perspectiva que ve como víctimas a todas las mujeres que trabajan en el comercio sexual, con el propósito de "rescatarlas". ¿Cómo ocurrió esto? Se recordará que desde los años setenta las llamadas "prostitutas" empezaron a organizarse para que su oficio fuera considerado un trabajo legal; en diversas partes del mundo armaron conferencias y encuentros internacionales con el fin de debatir sobre las condiciones de su regulación, e incluso algunas declararon la huelga y amenazaron con dar a conocer los nombres de sus clientes. Hasta mediados de los ochenta hubo un avance en distintos frentes: sindicalización, derogación de leyes dis-criminadoras, debates sobre la libertad sexual y establecimiento de alianzas con otros movimientos y grupos.

Pero a partir de los noventa tal avance se frenó por distintas cuestiones: La epidemia del VIH-sida desvió a muchas activistas hacia metas más urgentes; la derecha religiosa en EU ganó influencia, y muchas feministas en contra de la violencia hacia las mujeres se aliaron con la cruzada moral de Reagan, y luego con la de Bush. Cuando este último proclamó la "US Global AID Act" en 2003, mezcló con-ceptualmente comercio sexual y tráfico, bloqueó el apoyo a los programas dirigidos a trabajadores sexuales y promovió la abstinencia antes del matrimonio.

Por otra parte, el hecho de que no se reconociera el carácter laboral de la actividad impidió en algunos países la sindicalización de las trabajadoras, mientras que en otros los dueños de burdeles y antros se opusieron a ella. A todo esto se sumó la vi-sibilización de la tragedia de las personas migrantes indocumentadas, traficadas y forzadas a dar servicios sexuales. Así, la preocupación por la gravísima situación de la trata con fines de explotación sexual desplazó el debate sobre el comercio sexual. En conjunto, todos estos acontecimientos impactaron las políticas de muchos gobiernos sobre el comercio sexual, marginando los procesos de autoorganiza-ción de las trabajadoras del sexo.

El comercio sexual ha sido -y sigue siendo- una forma importante de subsistencia para muchas mujeres. Si la compraventa de sexo es una práctica que implica explotación, ¿acaso no lo es también lo que pasa con las demás formas de venta de fuerza de trabajo en el capitalismo? ¿En qué radica la diferencia entre el comercio del sexo y otro tipo de situaciones que tienen amplios...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR