El derecho a la indignación

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- Stéphane Hessel se sube al escenario. Es alto, elegante, distinguido. El público aplaude con entusiasmo. Hessel sonríe con cortesía y agradece. La admiración que suscita no marea en absoluto a este joven caballero a punto de cumplir 94 años, que vivió "lo peor y lo mejor del siglo XX". Asume con serenidad y sin pretensión su papel de "símbolo": desde hace siete décadas encarna en Francia el espíritu de resistencia ante lo inaceptable. Más que un sabio, Hessel es una conciencia ética.

Su mensaje no siempre encontró eco durante las últimas décadas, pero desde la publicación, a finales de 2010, de Indignez-vous!, un librito de escasas 30 páginas, su llamado a la indignación y a la resistencia recorrió el mundo. Inspiró a la juventud de España, que retomó el título de su libro para nombrar a su movimiento de protesta: Los Indignados.También inspiró la creación del día Internacional de los Indignados que se celebró este sábado 15 y la organización de la Marcha de los Indignados hacia Bruselas.

En la noche del 10 de octubre, Hessel es el invitado del realizador francés Jorge Amat que estrena su documental Espíritu de Resistencia en la sala cinematográfica parisina Majestic Passy. No cabe un alfiler en la sala.

La película es apasionante: recoge los testimonios de cuatro personajes que resistieron al nazismo y que lograron sobrevivir en campos de concentración: el dramaturgo Armand Gatti (autor la famosa obra La pasión del general Franco), Pierre Daix (periodista, escritor y especialista de arte moderno), Serge Sil-berman (productor de tres películas de Luis Buñuel: El diario de una camarera, La vía láctea y El discreto encanto de la burguesía,) y Stéphane Hessel.

En el documental, estos cuatro hombres explican cómo lograron preservar su "esencia humana" en medio del horror y cómo salieron de esa experiencia extrema armados con inquebrantables convicciones humanistas.

Gatti también sube al escenario del cine Majestic Passy. Se ve un poco cansado y se pierde en recuerdos personales. Diplomáticamente Hessel retoma el hilo del debate.

Al igual que en su librito, se dirige a los jóvenes. Les dice: "No deben ser indiferentes. No deben decir: 'no puedo hacer nada, sólo voy a tratar de arreglármelas como pueda'. Al comportarse así ustedes pierden unas de las componentes esenciales de lo humano: la facultad de indignación y la del compromiso".

También enfatiza que pudo salvar su dignidad en los campos de concentración gracias a la solidaridad y a la poesía.

Hessel se expresa en un francés refinado que salpica de vez en cuando con expresiones populares. Contesta con gran respeto y mucho humor a cada pregunta del público. Se burla de sí mismo cuando siente que su interlocutor tiende a idealizarlo. Al final del debate, se levanta y recita con fervor un largo poema de Arthur Rimbaud, Les Chercheuses de Poux.

Luego se disculpa: "Ya son las diez y media de la noche. Mañana me toca viajar temprano a Nancy (Francia) y luego a Karlsruhe (Alemania)".

Antes de irse confirma a la reportera que también estará en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a principios de noviembre para participar en las labores del Tribunal Rus-sell sobre Palestina.

"Así es desde finales del año pasado", confía con una sonrisa maliciosa. "Mi librito me exige viajar por todas partes y me importa obedecerle."

Y con cierta coquetería recuerda que acaba de regresar de Nueva York, donde presentó su "librito" traducido al inglés con el título Timefor Outrage.

Aventura literaria

La aventura de Indignez-vous! empezó a mediados del año pasado durante...

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