Derechos humanos y comercio de armas

AutorOlga Pellicer

De lo anterior, dos hechos significativos saltan a la vista. El primero, la incorporación del tema de derechos humanos en normas que regulan el comercio internacional de armas. Una novedad sorprendente al recordar que, de todas las transacciones comerciales que se realizan en el mundo, el comercio de armas había sido una de las menos reglamentadas. Que en nuevas regulaciones se tomen en cuenta los derechos humanos representa, sin duda, un punto de transición admirable.

El segundo hecho llamativo es la vulnerabilidad de México ante semejante situación. Por una parte, nos indica que el país es percibido en el exterior como territorio cuestionado por violación de derechos humanos. El retiro de los fusiles por presión internacional no es un asunto trivial. Las relaciones diplomáticas con Alemania deben estar bajo fuertes tensiones, y los ánimos al interior de la Sedeña otro tanto.

El caso es grave porque pone en evidencia los gastos en armamento que tanto subieron en los años del presidente Calderón y su guerra contra las dogas; porque revela, una vez más, la presencia de corrupción, y porque reitera los errores de combatir la violencia en forma tal que no se acaba con ella pero sí se atenta contra los derechos humanos.

Más allá de los fusiles alemanes, México enfrenta un problema más grave y doloroso por el tráfico ilícito destinado a los grupos del crimen organizado, el cual proviene de la frontera norte. Para enfrentar este trágico hecho, el adelanto en la reglamentación internacional es, hasta ahora, de poca trascendencia.

Sin embargo, se ha dado un paso adelante en el derecho internacional contemporáneo. A nivel universal, su expresión más importante es el Acuerdo sobre Comercio de Armas (ATT, por sus siglas en inglés) que recién ha entrado en vigor y tendrá en los próximos días la primera reunión de las partes en México. El objetivo central del acuerdo es establecer lineamientos claros para guiar el otorgamiento de licencias comerciales por parte de gobiernos a los exportadores y comercializadores de armamento. Se trata, con ello, de asegurar que dichas armas sean utilizadas de manera "responsable" por parte de todos los involucrados en su venta y compra. Por responsabilidad se entiende, entre otras cosas, que no se utilicen en situaciones que implican violaciones de los derechos humanos o en actividades que pongan en peligro la paz internacional.

La negociación y firma del tratado fue posible gracias a diversas circunstancias. Una de...

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