"Desde 2010 se los dijimos"

AutorPatricia Davila

Desde septiembre de 2010, decenas de jóvenes comenzaron a frecuentar bares y centros de espectáculos de la Zona Rosa y la Condesa. Iban en grupos de 20 o 30. Desde el principio advirtieron a los gerentes de los establecimientos que estaban ahí para vender estupefacientes; les dijeron que si no les permitían el acceso los matarían. Ante las amenazas, terminaron por abrirles las puertas de sus negocios.

Además de violentos, los adolescentes portaban armas largas. Solían arribar a la zona en automóviles viejos, no en camionetas.Y así, de repente, se adueñaron del entorno, según relata Ismael Rivera Cruces, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice).

"Atemorizados, acudimos a solicitar ayuda de las autoridades del gobierno del Distrito Federal. Nos entrevistamos con José Ávila, entonces secretario general de Gobierno -hoy es diputado local por el PRD- y Héctor Serrano, su sucesor.

"También lo hicimos con el actual titular de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, quien se desempeñaba como subprocurador de la PGJDF (Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal) y después encargado del despacho del titular de esta dependencia".

Rivera Cruz afirma que él y sus compañeros se reunieron con Rodolfo Ríos Garza, quien por esas fechas era secretario particular del procurador (hoy es el titular de la PGJDF), así como con Manuel Mondragón y Kalb, quien se desempeñaba como titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (actualmente es el Comisionado de la Policía Federal).

Esos son los antecedentes de la violencia de alto impacto que se ha exacerbado en las últimas semanas en zonas de la Ciudad de México, incluido el barrio de Tepito, considerada hoy como una zona generadora de crímenes similares a los cometidos por las organizaciones delin-cuenciales de 2008 a la fecha.

Esa violencia contradice al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien insiste en que no existen cárteles de la droga en la Ciudad de México; incluso considera que la muerte de Horacio Vite Ángel en las inmediaciones del bar Black el pasado 24 de mayo, así como la desaparición de 12 jóvenes tepiteños ocurrida dos días después en el Heaven, propiedad del empresario Ernesto Espi-noza Lobo, son atípicos (Procesol909).

La noche del jueves 6, un par de horas después de que un comando armado ingresara al gimnasio Body Extreme -en la calle Panaderos 43, colonia Morelos, colindante con Tepito- a ejecutar a cuatro hombres y pese a que aún no iniciaba la investigación, Mancera se apresuró a decir que ese atentado no tenía relación con el del Heaven, pues se trató de una venganza directa.

También omitió hablar sobre Antonio Ortega Márquez, quien desapareció de ese mismo bar en 2011. El martes 4, su hermano Pablo Antonio Ortega presentó un escrito de inconformidad ante la agente del Ministerio Público Reyna Lozada Ber-nal, porque, argüyó, la Fiscalía a Especial de Investigación para Secuestros regresó el expediente DGAVD/CAPE/1012/11-08 al Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA).

Las contradicciones

El cúmulo de declaraciones apresuradas y contradictorias de Mancera y del procurador Ríos Garza abonan más incertidumbre a las familias de los jóvenes desaparecidos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR