Epitafio para un agnóstico

AutorMarcelo Izquierdo

BUENOS AIRES.- "Aquí yace un hombre que vivió las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña", dice el imaginario epitafio trazado por el sacerdote dominico brasileño Frei Betto cuando piensa en la tumba de Fidel Castro.

Y, según la Biblia, los bienaventurados son, entre otros, "los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia"; los "de limpio corazón, porque ellos verán a Dios"; los "pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios"; los "que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos"; los que por causa de Dios sean vituperados o perseguidos y digan toda clase de mal en su contra, mintiendo.

"Gózaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros", dijo Jesús en su Sermón de la Montaña.

Autor del libro Fidel y la Religión, Betto es quizás uno de los hombres que más indagaron en la "religiosidad" de Castro. Cree que Fidel es en realidad un hombre "agnóstico" que "siempre mantuvo buenas relaciones" con el Vaticano a pesar de sus desencuentros con la Iglesia.

"Fidel nunca me dijo si creía o no en Dios. Me dijo: 'Infelizmente los jesuítas (de quienes fue alumno durante varios años) no me inculcaron una verdadera fe cristiana'. Lo juzgo agnóstico. Sin embargo, respetó profundamente la fe religiosa de las personas y siempre mantuvo buenas relaciones con el Vaticano, como describo en la entrevista que él me concedió en Fidel y la religión", dice Betto en respuesta a preguntas enviadas por Proceso a través de correo electrónico.

Betto recuerda nítidamente cómo fue el primer encuentro que mantuvo con Castro: "Fue en Managua, en la noche del primer aniversario de la revolución sandinista, el 19 de julio de 1980. Lula (Luis Inacio da Silva, por entonces líder sindical y posteriormente presidente de Brasil) y yo fuimos invitados a la casa de Sergio Ramírez, vicepresidente del gobierno sandinista, donde Fidel vino a conversar con nosotros, desde las dos de la madrugada hasta las seis de la mañana. Hablamos de Brasil y, en mi caso, de las relaciones entre la Iglesia y el Estado", señala.

-¿En qué cambió ese Fidel del primer encuentro con el Fidel de los últimos años?

-El Fidel del primer encuentro todavía tenía en la cabeza ciertas categorías mar-xistas arcaicas. Cuando le pregunté a él por qué el Partido Comunista cubano (PCC) era confesional y no laico, como deben ser los partidos políticos, él se llevó un...

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