En esgrima sólo compite quien ruega

Hace más de cuatro meses, la esgrimista mexicana Fátima Larga espada Simont le escribió una carta al director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo. Le pidió ayuda para regresar a la selección nacional, a la que no ha sido convocada en casi tres años.

Le contó que la política del presidente de la Federación Mexicana de Esgrima (FME), Jorge Castro, es pedir a los deportistas que le rueguen para dejarlos competir, que los usa para conseguir recibos que le permitan comprobar los recursos públicos que le otorga Conade y que sólo quienes se someten aspiran a representar a México en las competencias internacionales.

Hasta hoy, Castillo no ha contestado la misiva. Ningún funcionario de la Conade la contactó para atender su situación. Nadie responde, tampoco, por qué no figura en la selección alguien que ocupó el número uno del ranking nacional juvenil en florete.

Largaespada se animó a enviar ese mensaje con la esperanza de competir por un lugar para los Juegos Olímpicos de 2020.

Cuando ella se enteró que Castillo anunció que acabaría con la corrupción y abusos en las federaciones deportivas y que procesaría por la vía penal a los presidentes que cometieron irregularidades con recursos federales, pensó que sería el final de Castro en la esgrima mexicana.

Pero Castillo no ha mencionado al directivo como uno de los federativos que ha abusado de su poder. Tampoco está entre quienes han sido denunciados en la Procuraduría General de la República (PGR) ni por la Unidad de Inteligencia Financiera del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Y luego de que la Conade firmara un acuerdo con el Comité Olímpico Mexicano (COM) en el que se comprometió a respetar la autonomía de las federaciones deportivas se diluyó cualquier posibilidad de llamar al orden a Castro.

La estrategia con la que Castillo pretendió "limpiar el deporte mexicano" puso en riesgo la participación del país en los Olímpicos de Río 2016.

Para atajar ese peligro, el gobierno federal -mediante el secretario de Educación Pública, Aurelio Ñuño- se comprometió a respetar la Carta Olímpica, la Ley General de Cultura Física y Deporte y, por lo tanto, a no intervenir en las decisiones de las federaciones (Proceso 2041).

En su blog personal, Largaespada publicó un texto en el que responsabilizó a los propios espadachines de la realidad en la que se encuentran. Su silencio, tolerar a Castro y aceptar las condiciones que él les impone los lleva a ser "cómplices" del presidente de la FME.

"No estoy atacando a los atletas...

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