El fatídico experimento de Peña Nieto

AutorJosé Gil Olmos

El 24 de febrero de 2013 un numeroso grupo de hombres armados apareció en la región de Tierra Caliente, Michoacán, declarándole la guerra al crimen organizado. Parecía una escena sacada de la época revolucionaria, pero ahora se trataba de rancheros que, durante años, habían sido sometidos por Los Caballeros Templarios a un régimen de terror y miedo.

Aquellas personas se hacían llamar "Autodefensas". Y, de pronto, se convirtieron en referente del hartazgo social que existe en el país ante el crecimiento incontrolable del narcotráfico y su cauda de violencia.

¿Pero quiénes eran esos rancheros que protestaban cargando rifles de alto poder? ¿Quiénes los apoyaron con recursos económicos y armas? ¿Por qué se expresaban en esta zona de Michoacán? ¿Qué historia hay en esa región del país para que se diera el fenómeno de las autodefensas armadas? ¿Qué hay detrás de estos hombres fuertemente armados que le hicieron el trabajo sucio al gobierno y limpiaron el terreno de templarios?

En Michoacán, el narcotráfico y su evolución es un asunto complejo y con una larga historia, en el que se entrecruzan muchos factores y actores sociales, políticos, económicos y hasta culturales. En más de medio siglo, este fenómeno se ha filtrado hasta las raíces de la sociedad y permeado en la mayor parte de sus gobernantes, incluso de manera directa.

En dicha entidad casi todo mundo conoce a alguien que se ha dedicado a este negocio -que empezó siendo un apoyo económico y devino el sustento de todo el estado merced a los millones de dólares generados por el crimen organizado convertido en gobierno.

Ante la pérdida de gobernabilidad y de una buena parte del control sobre territorio michoacano, algo que preocupó a empresarios internacionales interesados en invertir en un país estable, el gobierno de Enrique Peña Nieto lanzó un plan secreto que cociñó por varios meses con su principal asesor en materia de seguridad pública, el general colombiano Óscar Naranjo.

Se trataba de armar a numerosos civiles de la zona de Tierra Caliente que ya estaban cansados del yugo de Los Caballeros Templarios. Se les daría dinero y protección para que fueran ellos quienes combatieran a los criminales en su propio terreno. Para esto hicieron un pacto con una banda criminal enemiga de Los Templarios -encabezada por los hermanos Juan José y Uriel Farías Álvarez-, que colaboraba con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

En noviembre de 2012, habitantes del pueblo deTepalcatepec vieron al general colombiano Óscar Naranjo llegar al salón Plaza para reunirse con los Farías. Les ofreció su apoyo para los grupos de autodefensas ciudadanos o policías comunitarios. Lo mismo ocurrió en el poblado de La Ruana por esas mismas fechas.

Guillermo Valencia, expresidente municipal deTepalcatepec, revela en entrevista que desde 2012 fue informado por vecinos de este municipio de la formación de un grupo armado que se enfrentaría a Los Caballeros Templarios. Al frente de este grupo estaba Juan José Farías El Abuelo y su hermano Uriel Farías alias El Paisa, quien fuera presidente municipal de Tepalcatepec y uno de los presos de El Michoacanazo acusado con ligas al Cártel de Jalisco.

Al principio Valencia dice que pensaba que se trataría de un grupo similar a los Mata Zetas que El Abuelo había...

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