Ser Gótico / El día que México destruyó el mundo

Columnista Invitado

[México es un país obsesionado con la muerte, real o simbólica; es un lugar común mencionarlo. Durante siglos, sus habitantes han experimentado esta inquietante cercanía, que se origina en la época prehispánica y continúa a través de los tiempos, hasta nuestros días. Gran parte de esa relación mórbida se enfoca en los restos humanos. Los cadáveres están siempre presentes en nuestra historia: desde los altares de cráneos de los templos mexicas, las calaveras de azúcar, las Momias de Guanajuato o los cuerpos desenterrados cada año en Pomuch, hasta los grabados de José Guadalupe Posada, la historia de los restos de Maximiliano de Habsburgo, las comidas en los funerales o las exposiciones artísticas que utilizan huesos o piel humana. Todas son manifestaciones de un culto a los despojos, a veces convertidos en reliquias y otras tratados como basura.

Suele recordarse, con profusión de celebraciones, la vida y obra de los protagonistas de la Historia de México. Los actos que realizaron a lo largo de su existencia llenan las páginas de innumerables libros e inspiran incontables discursos, películas y canciones. Pero solemos olvidar que muchos de ellos corrieron nuevas aventuras y peripecias después de exhalar el último suspiro. Fueron, son, ilustres cadáveres que se negaron a permanecer en paz en el sepulcro y cuyos restos trazaron una historia paralela, de la cual ellos, por supuesto, nunca llegaron a enterarse. Junto a ellos, otros muertos, estos anónimos, también formaron parte de la fascinación por los restos humanos. La muerte, esa inseparable compañera de México, es también el personaje principal en la biografía de los protagonistas de la historia. No sólo al conducirlos a un trágico destino, sino al hacerlos recorrer, post mortem, extraños, enigmáticos caminos.

Sin duda, el primer gran aporte fúnebre en lo que un día sería México, se produjo al noroeste de la península de Yucatán, en el sitio llamado Chicxulub. Hace aproximadamente 65 millones de años, al final del periodo cretácico, un asteroide de diez kilómetros de diámetro se estrelló allí, formando un cráter de 180 kilómetros de diámetro y causando...

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