Guerrero: la amenaza represiva se cumplió

AutorEzequiel Flores Contreras

CHILPANCINGO, GRO.- La noche del 23 de febrero, efectivos de la Policía Federal (PF) arremetieron con todo contra los maestros disidentes que demandaban en Acapulco reconocimiento de plazas y certeza laboral. En la trifulca murió Claudio Castillo Peña, un profesor jubilado que padecía una discapacidad por poliomielitis; además hubo 106 detenidos, al menos 30 heridos y una decena de desaparecidos.

En la brutal represión, según los testimonios recabados por Proceso, los uniformados abusaron sexualmente de cuatro mujeres por lo menos, entre ellas una embarazada. Su intención era, dicen, amedrentarlas para que jamás volvieran a protestar.

Los crímenes y excesos de la PF son una muestra de la estrategia de "cero tolerancia" a manifestaciones anunciada desde hace meses por el gobernador interino Rogelio Ortega Martínez y funcionarios federales ante la crisis político-social que se vive en la entidad luego de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, asegura la dirigencia de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).

Y agrega: a las autoridades les provoca terror el movimiento social generado por el desconocimiento de más de 20 mil plazas docentes y administrativas en la entidad.

Desde el 1 de enero, en un acto público, Ortega Martínez les advirtió a los miembros de las organizaciones sociales que apoyan el movimiento de los padres de normalistas de Ayotzinapa que "no fueran ingenuos" porque hay quienes están dispuestos a dar la orden de reprimir las protestas, las cuales, aseguró, estaban llegando al límite de la tolerancia.

El 23 de febrero la amenaza de represión se cumplió. Ese día más de 5 mil integrantes del magisterio institucional y disidente marcharon juntos en la Zona Diamante del puerto de Acapulco, donde bloquearon durante más de seis horas el bulevar de las Naciones para exigir certeza laboral, pago de salarios y justicia por el caso Ayotzinapa.

Castillo Peña, un emblemático profesor jubilado de 65 años, egresado de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos y originario de la región de Tierra Caliente pero radicado en el puerto, murió a causa de los golpes de los uniformados federales, quienes también humillaron y violaron a cuatro mujeres, e incluso se lanzaron contra los reporteros. No querían que se grabara la brutal agresión.

La protesta comenzó cerca de las nueve de la mañana del 23 de febrero y subió de tono por la tarde, cuando las autoridades estatales y federales se negaron a instalar una...

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