Ante una Iglesia que quiere todo, el Estado "respeta"

AutorRodrigo Vera

Apunto de hacer sus maletas para viajar a Roma, donde ocupará la embajada de México ante El Vaticano, el político priista Mariano Palacios Alcocer adelanta que en su agenda diplomática no figuran los temas de bioética que tanto preocupan a la Iglesia, como el aborto o los matrimonios entre personas del mismo sexo.

"La bioética no es tema en la agenda que llevo, pues en esa materia el gobierno mexicano es plural, ya que cada estado de nuestro país legisla autónomamente sobre esos asuntos", argumenta, y se desmarca del asunto relativo a la "libertad religiosa" relacionado con la instrucción religiosa en escuelas públicas o con el derecho de los sacerdotes a ocupar cargos de elección popular.

"La libertad religiosa es un asunto de política interna que le corresponde tratarlo a las distintas Iglesias con el Congreso o con la Secretaría de Gobernación, en un ejercicio de soberanía nacional. Hay que distinguir entre el ámbito interno y el de la política exterior", aclara.

En su espacioso despacho privado de la Ciudad de México, Palacios Alcocer se acomoda con el índice sus anteojos de alta graduación y agrega enfático:

A la política exterior le corresponde el trato con los Estados, bajo el principio de igualdad y de no intervención. No debe fundarse en subjetividades, sino en principios.

Con una larga trayectoria en la política mexicana -fue gobernador de Querétaro, dirigente nacional del PRI, senador y embajador en Portugal-, Palacios Alcocer fue designado por el presidente Enrique Peña Nieto embajador ante la sede pontificia, cargo en el que acaba de ratificarlo el Senado.

El queretano dice tener muy claro su punto de partida, así como el destino al que ahora se dirige. Dice al respecto:

"El Estado mexicano y el Estado Vaticano son de naturalezas muy distintas. No hay que olvidarlo. Nosotros pertenecemos a un Estado laico, federal, representativo, popular y democrático, donde conviven en libertad distintos credos religiosos.

"En cambio, entre la comunidad de naciones, el Estado Vaticano es muy sui qe-neris; es una monarquía absoluta, no hereditaria y de carácter teocrático, cuyos cánones y dogmas se aplican entre sus creyentes a nivel universal."

Ante esto, dice que llegará a la embajada con la Constitución mexicana en la mano, para "representar con dignidad a un Estado laico y secularizado, donde se respeta la libertad de creencias".

-El Vaticano tiene una postura muy definida en materia de derechos sexuales y reproductivos. En los países con los que tiene relaciones diplomáticas siempre trata de inñuir para que se penalice el aborto y se prohiban los matrimonios entre personas del mismo sexo, por citar sólo dos ejemplos. ¿Cuál será la postura de su embajada ante posibles presiones de este tipo? -se le pregunta.

El diplomático se inclina sobre su escritorio y responde:

"Mire, conozco perfectamente bien cuál es esa postura doctrinaria y dogmática del Estado Vaticano, la cual parte del...

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