Inunda la tristeza a la calle Arteaga

Aunque es una de las arterias de Monterrey con mayor flujo de transporte público, y por donde transitan diariamente miles de regiomontanos, la calle Arteaga no tiene vida propia.

Desde el poniente, en prolongación Aramberri y Pablo A. González, hasta el oriente, en su cruce con la Avenida Félix U. Gómez, abundan los baches, el polvo, el deterioro, pero sobre todo, el abandono de negocios, casas y edificios.

Cubiertas de tierra y smog, decenas de propiedades exhiben en sus fachadas los letreros de "Se Vende".

Hasta la operación de antros, cantinas, bares y salas de masajes en esta céntrica arteria se extinguió, producto de la ola de inseguridad que azotó al estado en años pasados.

Los locales son ahora el blanco de los vándalos, con paredes grafiteadas y vidrios rotos.

Grandes edificios de departamentos que quedaron abandonados ya están en ruinas.

Durante el día, la desolación de Arteaga puede pasar desapercibida, debido principalmente a la gran actividad que refleja por el paso...

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