Ivaginaria / Lo que hay que saber sobre...

El Tafanario era la palabra que iba a poner en el título, pero me pareció inexacto. Quiero hablarles del culo, de la zona anal o "el conjunto de las dos nalgas" como lo define la Real Academia Española, tal cual si definiese a un dueto norteño duranguense.

Parafraseando al laureado Carlos Fuentes, mejor bailarín que escritor creo yo, dice que esa zona, la del culo, es el territorio limítrofe en donde el hombre toma sus decisiones hacia el lado oscuro de sí mismo. Es decir, es el sitio en el cual bordea la homosexualidad. Parafraseando, claro, lo que dijo nuestra octogenaria gloria nacional. No estoy de acuerdo con ello porque el culo no abandera a los homosexuales, ni a heterosexuales: es patrimonio de la humanidad.

La primera palabra que se relaciona con el acto anal o con penetración en ésa zona, para muchos y muchas, es dolor. Hay que ponerse flojit@ y cooperando con el culo y sólo será un paraíso si se va a él relajado y sin tensión.

Las esfínteres (que son como los cadeneros del culito), a nivel interno y externo deben de apacentarse y estar listos con una buena lubricación si se va a introducir el pene, un dedo, varios dedos, un juguete, alguna fruta en forma fálica... Y por favor piensen con responsabilidad cuando quieran meter por ahí algo de piezas movibles o perdedizas como un desodorante, un plumón, objetos de madera no pulidos o barnizados, etcétera.

El esfínter externo se puede controlar, porque el sistema nervioso central que domina ésta área funciona a voluntad. Es decir, podemos fruncir el ojuelo, cerrar y abrirlo. Morder el pavo, pues... Pero el esfínter interno se rige por el sistema nervioso autónomo que no podemos manipular. Es preciso: relajarse, lubricar, usar condón y preparar cariciosamente con mano o lengua la zona anal antes de ser abordada.

Si no sucede esto, las paredes del esfínter interno se contraerán de inmediato atrapando lo que haya sido ingresado, provocando dolor, incomodidad y muchas ganas de ir al baño, porque se estimula la zona naturalmente usada como la puerta para sacar los desechos.

Pero ahora que lo pienso ¿quién puede estar relajado en estos tiempos en que la crisis económica nos está arrastrando? Declaro iniciada la temporada de culos fruncidos de este sexenio que, literalmente está...

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