La lengua oficial en México no es el español

AutorJudith Amador Tello

Cuando en junio de 1982 la entonces recién creada Comisión para la Defensa del Idioma Español preguntó a un grupo de intelectuales cuál debería ser el nombre oficial de la lengua nacional de México, el escritor y filólogo Antonio Alatorre, fallecido en 2010, fue tajante en su respuesta: "La lengua que hablamos en México tiene ya nombre: se llama español." (Proceso, 294).

En el mismo sentido se pronunció el poeta Octavio Paz, quien además hizo la precisión: Español es mejor que castellano "porque corresponde a la realidad histórica y lingüística".

El español, dijo el poeta al reportero Armando Ponce, "acentúa nuestros lazos con España y los otros países que no lo hablan, que me parece importantísimo en este siglo XX; lazos históricos y políticos. Es importante, claro, reanudarlos desde la ciencia, la historia y la historia política de nuestros pueblos".

Treinta años después, tras procesos en los cuales se ha reconocido constitucionalmente la composición pluricultural del país, la protección y promoción de las lenguas indígenas y el respeto a los derechos culturales, el poeta Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), retoma el debate al recordar que México no tiene una lengua oficial, lo cual le parece "una brutalidad".

Doctor en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y autor de obras como La sal me sabría a polvooy y Humboldt: ciudadano universaliudadanouniversal, Labastida habla con ahablaconProcesoroceso de las tareas y proyectos de la AML, y explica porqué esta institución no es correspondiente de la Real Académica Española (RAE).

Según la página web de la AML, la RAE se fundó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, e inició su relación con México en 1770 "cuando el jurista y filólogo don Manuel de Lardizábal y Uribe, nacido en San Juan del Molino, Tlaxcala, y educado en el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, fue elegido para ocupar el sillón C., y sería más tarde su secretario perpetuo".

A lo largo del XIX, sigue la historia, hubo intentos de crear una academia propia. Se usaba entonces ya un "español mexicano". En 1835 nació la Academia de la Lengua, "ratificada por un decreto presidencial en 1854". Y años después, en 1865, las secciones dedicadas a la filología y la literatura de la Academia Imperial, y de la Academia Nacional de Ciencias y Literatura, en 1870, "instituciones todas cuyo desarrollo fue coartado, de una manera u otra, por la inestabilidad política y los enfrentamientos ideológicos de la época".

Se cuenta que hubo esfuerzos individuales a favor de la preservación, defensa y cultivo del español de México de gente que incluso llegó a ser miembro de la RAE, entre ellos José Justo Gómez de la Cortina, José Bernardo Couto, Andrés Quintana Roo, Francisco Sánchez de Tale, José María Fagoaga, Carlos María de Bustamante, Lucas Alamán, Joaquín García Icazbalceta y Manuel Orozco y Berra, entre otros.

Fue en 1870, el 24 de noviembre, cuando la RAE decidió constituir...

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