Línea 10

TARDARON 10 meses, pero lo lograron.

Desgraciadamente ya apareció el primer muerto en el conflicto de la UNAM, mientras autoridades federales y locales se rascaban la panza.

Qué pena que se tenga que perder una vida para que la autoridad dé la cara y enfrente a unos cuantos delincuentes que tienen secuestrada a la universidad y que actúan impunemente no tan sólo en CU, sino en toda la ciudad.

Fueron varios meses de medir fuerzas y de atacarse unos a otros, y todo por conveniencias políticas.

Desde el PRD se gestó el movimiento contra el rector, donde los ceuístas incrustados en el gobierno capitalino movieron sus piezas para desestabilizar a Francisco Barnés.

La injerencia fue descarada, aunque siempre negada por los funcionarios capitalinos.

Hasta que el movimiento se les salió de control y los ultras los desplazaron.

En ese momento se desentendieron de sus actos.

El turno fue para el gobierno federal, que en voz del mero preciso se la pasó amenazando y amenazando, y nunca dijo esta boca es mía.

Ahora, ahogado el niño, quieren tapar el pozo.

POR CIERTO que bien moviditos anduvieron los mandos policiacos para tratar de desmentir la versión de que hubo un muerto.

La orden llegó de mero arriba de negar, a como diera lugar, los hechos.

De nada valió que elementos del ERUM, a bordo de la unidad 36037 reportaran por la frecuencia que dentro de la Prepa 3 encontraron un cadáver.

El sujeto, de unos 40 años de edad, describieron los paramédicos, tenía una herida por arma blanca en un costado, con las vísceras de fuera, y fractura en el lado derecho del cráneo.

De inmediato llegó la orden de no decir nada, e incluso desacreditar la personalidad del paramédico Víctor...

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