Listos, los herederos de los grandes capos

AutorJosé Luis Montenegro

Hoy en México, los llamados capos de la vieja guardia están en extinción: Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, está preso y aguarda su encuentro con la muerte. Miguel Ángel Félix Gallardo, El Capo de Capos, quien transformó la actividad del narcotráfico en toda una industria, tiene sus horas contadas: padece artritis y está casi ciego. Rafael Caro Quintero, exjefe del cártel de Guadalaja-ra, aunque recobró su libertad con la ayuda oficial de un tribunal federal, ha decidido vivir sus últimos días en paz y asegura no querer más problemas. La justicia estadunidense lo busca para someterlo a juicio por la muerte del agente de la DEA, Enrique Kifei Camarena, asesinado en 1984.

Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, cayó en desgracia aparentemente por una traición, aunque pesa la versión de que su captura fue pactada, pues no le han tocado un peso de las multimillonarias ganancias que, según la revista Forbes, amasó a lo largo de 13 años de actividad criminal. Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quizá el más hábil negociador de la mafia mexicana, simplemente murió debido a las complicaciones que le causó un accidente automovilístico, y aunque nadie lo cree, más bien se afirma que se "autodesapareció".

Pero los vacíos que estos personajes han dejado ya empiezan a llenarse. Ahora el Cártel de Sinaloa," por ejemplo, ha entrenado a una nutrida generación de narcotraficantes que se desplazan en Guadalajara, Sonora, Baja California, Sinaloa, así como en Estados Unidos, varios países de Europa, África y Medio Oriente, al sur de Asia. Admiran a Ismael El Mayo Zambada, a quien consideran el gran padrino de la mafia y el maestro que les enseñó el arte del tráfico de drogas y a cómo mantenerse libres e impunes de él. La mayoría de ellos son hijos de grandes figuras del narcotráfico o tienen líneas de parentesco. Ya están ahí y les dicen los Narcojuniors. (...)

Gente nueva

Joaquín Guzmán se sabía protegido, "lo acompañaban 25 camionetas de escoltas bien armados que se distribuían en su trayecto de la ciudad a la sierra y de una residencia a otra", afirmó un integrante del Cártel de Sinaloa para ' esta investigación.

A pesar de que el capo había construido un sistema de túneles que conectaban al menos seis casas en colonias de clase media en Culiacán, Sinaloa, también se trasladaba por tierra en automóviles de lujo y patrullas clonadas, algunos de estos vehículos con blindaje de distintos niveles.

Luego de su fuga del penal de máxima seguridad en Puente Grande, Jalisco, El Chapo se instaló en varios estados de la República, entre ellos Sonora, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Durango y Sinaloa. No fue sino hasta 2011 cuando el capo se estableció de manera definitiva en El Dorado, municipio de Culiacán, donde a finales de 2013 se reuniría con su principal socio y compadre, Ismael El Mayo Zambada, para acordar el futuro del Cártel de Sinaloa.

La reunión tuvo lugar en el rancho El Huinacatle, como consta en la declaración ministerial de uno de los dos secretarios particulares y principal escolta de Guzmán Loera. De acuerdo con Carlos Manuel Hoo Ramírez, El Cóndor, en aquella ocasión El Mayo le habría sugerido al Chapo retirarse y dar paso...

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