'Ni mad...Nos vacilaron'

MÉXICO.- Todo se redujo a la detención de José Mar Flores Pereira... y al aseguramiento de su biblia.

A las 12:56 horas, el hombre de origen boliviano secuestró un avión tipo Boeing 737 de Aeroméxico, 50 minutos después de haber despegado del aeropuerto de Cancún.

En pleno vuelo dijo que lo acompañaban dos personas más, pero las autoridades federales confirmaron que actuó solo.

Enseguida, el capitán de la aeronave se comunicó con el centro de control de tránsito aéreo del Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM), para informar que tenían una emergencia relacionada con un posible secuestro. Viajaban 103 pasajeros.

"Esta información la notificó la sobrecargo al capitán, señalando que un pasajero portaba un artefacto explosivo y que exigía sobrevolar el aeropuerto siete veces, y una entrevista personal con el Presidente Calderón para transmitirle un mensaje", describió el Secretario de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna.

En ese mismo instante empezó el operativo de rescate: fueron movilizados 200 elementos de la Armada, 100 del Ejército y 180 policías federales, además de 22 de la unidad de Operaciones Especiales. También alistaron cinco helicópteros.

Al lugar llegaron los titulares de la SSP y Sedena, Genaro García Luna y Guillermo Galván, respectivamente. Ellos eran los estrategas.

Ordenaron la búsqueda de explosivos, por lo que durante tres horas, los uniformados, apoyados con un robot y cubiertos con unas mallas especiales, alzaron asientos, inspeccionaron baños, cabinas y las cocinetas del avión, de acuerdo con fuentes de la Armada.

Pero no encontraron nada.

"No hay ni madres, nos vacilaron", gritó un agente moviendo sus brazos en señal de desaprobación.

Entonces el avión fue remolcado de la zona denominada La Gota, donde se llevó a cabo la detención del Flores Pereira, a otra parte del Aeropuerto del DF conocida como El Cementerio.

"Los cotorrearon", decían sonrientes unos marinos del 26 Batallón de Guardias Presidenciales a los policías federales.

Pero momentos antes, para lo que menos tenían tiempo era para sonreir.

"Cuidado con la bomba", gritaban elementos de la unidad de Operaciones Especiales.

Eran las 14:43 horas, minutos antes ya habían bajado mujeres y niños del avión Boeing 737, procedente de Cancún.

Entonces, un policía federal se disfrazó de piloto e ingresó a la aeronave para verificar quiénes se encontraban en el interior.

No tardó mucho. Realizó una seña y una veintena del Grupo de Operaciones Especiales de la...

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