Ante la mala imagen, el recurso de la simulación

AutorArturo Rodríguez García

En el imparable deterioro de su imagen -29% de aprobación, según Buendía y Laredo en la edición de El Universal del lunes 4 de julio- y luego de que su partido perdiera siete de 12 gubernaturas en los comicios del 5 de junio pasado, el presidente Enrique Peña Nieto y sus colaboradores cambiaron posturas. Se abrieron a diálogos hasta hace poco impensables, favorecieron reclamos cupulares por las leyes anticorrupción y, con amplia cobertura mediática, el mandatario pidió perdón por la indignación causada por el escándalo de la Casa Blanca.

En los hechos, las posturas no variaron en todos los casos o lo hicieron a conveniencia; los diálogos han sido infructuosos y engañosos, y el perdón no se pidió por el hecho de haber adquirido una costosa propiedad a un contratista gubernamental favorecido desde que fue gobernador del Estado de México, sino por el error de descuidar la percepción de los ciudadanos.

La disculpa presidencial ocurrió el lunes 18 durante la promulgación de un paquete de leyes para crear el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) que, después de una larga batalla ciudadana y presiones empresariales, terminó doblegando al gobierno de Peña Nieto en su reticencia, si bien dicho sistema se implementará a finales de su administración... o después.

El acto de promulgación fue, como marcan los cánones del pactismo, de felicitaciones al presidente, el único entre los oradores que habló de la Casa Blanca.

"En noviembre de 2014, la información difundida sobre la llamada Casa Blanca causó gran indignación. Este asunto me reafirmó que los servidores públicos, además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos; y en esto reconozco que cometí un error.

"No obstante que me conduje conforme a la ley, este error afectó a mi familia, lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el gobierno. En carne propia sentí la irritación de los mexicanos. La entiendo perfectamente. Por eso, con toda humildad, les pido perdón. Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio y la indignación que les causé", dijo el mandatario.

Ese mismo día la Presidencia difundió una ficha informativa entre los reporteros de la fuente. En cuatro párrafos, sin aportar ningún soporte, se dio a conocer que Angélica Rivera, esposa del mandatario, había regresado la propiedad ubicada en

Sierra Gorda 150, colonia Lomas de Cha-pultepec, a Ingeniería Inmobiliaria del Centro, cuyo dueño es el contratista Juan Armando Hinojosa Cantú.

El escándalo en torno a dicha propiedad detonó el 9 de noviembre de 2014, cuando el equipo de reporteros de Ariste-gui Noticias publicó un reportaje sobre la propiedad, su valor catastral estimado y el nombre de Hinojosa Cantú, quien la había construido y, según se supo después, financiado.

La información difundida por la Presidencia el lunes...

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