Matrimonio por convivencia

AutorEnrique López Oliva

LA HABANA.- Joseph Ratzinger se ve sonriente, ataviado con su capa pluvial, la mitra y el pectoral papal. Levanta la mano derecha en señal de saludo mientras con la izquierda se apoya en el báculo. Atrás de él aparece luminosa la Virgen de la Caridad, patrona del pueblo cubano. Un letrero acompaña la imagen: "Bienvenido a Cuba, peregrino de la Caridad".

En vísperas de la visita de Benedicto XVI a la isla -programada del 26 al 28 de marzo- miles de carteles con esa imagen son colocados en postes, viviendas y edificios públicos, al tiempo que trabajadores del Estado se afanan en terminar los templetes donde el Papa celebrará sendas misas: el 26 de marzo en la plaza Antonio Maceo, en Santiago, y dos días después en la Plaza de la Revolución, en La Habana, donde están las principales sedes del poder político: el Comité Central del Partido Comunista, el Consejo de Estado y de Ministros, los ministerios de las Fuerzas Armadas y del Interior...

Las facilidades y el apoyo que el gobierno de Raúl Castro ha dispensado a la Iglesia Católica de Cuba para el éxito de la visita de Benedicto XVI refleja un hecho de mayor calado: desde hace varios años ambas instancias -gobierno e Iglesia- sostienen relaciones de diálogo y cooperación que parecen haber dejado atrás las tensiones y los desencuentros de los primeros años de la revolución.

Desde la visita de Juan Pablo II a Cuba, en enero de 1998, la Iglesia católica -encabezada por el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega-ha logrado recuperar parte del espacio social que perdió en los sesenta y setenta. Para ello ha contado con el apoyo -o por lo menos con la anuencia- del gobierno de la isla.

Los datos son elocuentes: en 2008 el presidente Raúl Castro asistió a la inauguración de un nuevo seminario para la formación de religiosos; el número de sacerdotes se duplicó en 10 años: de 281 a 400, casi la mitad de ellos cubanos; las religiosas aumentaron de 498 a 611; se han ordenado más de 60 diáconos permanentes y en viviendas particulares se han establecido más de mil 200 casas de misión (hogares donde la gente se reúne a orar); el número de bautizados se elevó de 45 a 61% de la población (aunque la asistencia dominical a los templos sigue siendo muy baja y la mayoría de los asistentes son mayores de 50 años).

Más aún, la Iglesia católica ha establecido un sistema educativo paralelo. En parroquias se ofrecen cursos de computación, idiomas, sociología, historia, economía, formación empresarial, entre...

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