El Metrobus "agresivo" en el Centro Histórico

AutorJudith Amador Tello

Mientras los funcionarios del gobierno capitalino, Inti Muñoz y Guillermo Calderón aseguran que la línea 4 del Metrobús no afectará al Centro Histórico (CH), el arquitecto urbanista Jorge Legorreta advierte sobre sus impactos y señala la falta de planeación y centralización de este sistema que, dice, es una renovada forma de los “peseros” que de manera tolerada y privatizada han operado desde los años setenta.

En su oficina en la colonia Roma, el doctor en urbanismo, delegado en Cuau-htémoc durante el gobierno de Cuauhté-moc Cárdenas, expone que el Metrobús, como sistema, carece de un plan rector que lo articule con otras necesidades de la población y por tanto no está orientado a avanzar hacia la solución integral de los problemas de la Ciudad de México.

La ciudad fue planeada ("ha tenido intentos de planificación, aunque no parezca") de manera muy centralista. Así, el CH sigue siendo un espacio fundamentalmente de comercio, de paso, de concentración cultural: el centro es el espacio de concentración más importante del país, obligando a que la atención de los grandes problemas se vean alrededor de esta zona.

Antes de la llegada de los españoles había ya 60 mil gentes comprando y vendiendo porque tuvo siempre vocación comercial. Hoy la urbe, entendida desde Huehuetoca en el norte hasta los pueblos de Topilejo y Milpa Alta en el sur; Texco-co, Ixtapaluca y Chicoloapan en el oriente, hasta Huixquilucan y sus alrededores en el poniente, tiene 2 mil 200 kilómetros cuadrados.

De esos sólo 450 forman el área central de la ciudad. Es decir, no sólo la delegación Cuauhtémoc, con sus 34 kilómetros, sino parte de las delegaciones Miguel Hidalgo, Iztacalco, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Coyoacán y ahora la zona de Santa Fe. Ahí se concentra 80% del Producto Interno Bruto (PIB). Esto ha generado que las áreas periféricas de la ciudad sean dormitorios de una fuerza de trabajo que se traslada diariamente al centro para trabajar, haciendo viajes de dos horas de venida y dos de ida, en promedio, aunque hay quienes invierten hasta tres horas en cada viaje, dice el arquitecto.

A decir suyo, un plan integral tendría que resolver el problema de transporte de toda esa gente, que sale de sus casas por la madrugada, con todo e hijos para la escuela, permanece aquí muchas horas y regresa a sus colonias hasta las 10 u 11 de la noche. Tendría que ser, enfatiza, un transporte para la ciudad, no sólo para el Distrito Federal. Considera que en la actualidad sólo hay un transporte que atiende esta necesidad: el Tren Suburbano de Bue-navista a Cuautitlán, pero "está mal que sea privado".

Durante el gobierno de Ernesto Zedillo se planeó un sistema con las rutas Bue-navista-Pachuca, Martín Carrera-Apan, Observatorio-Coatepec-Ixtlapantongo, y La Paz-Amecameca-Cuautla. Todas tendrían conexión al Metro. Hasta hoy, sólo se hizo la arriba mencionada. Legorreta indica que los proyectos pudieron hacerse sobre las vías de ferrocarril que dejaron de operar. Por ejemplo, la vía de la Ciudad de México a Toluca podría haber solucionado el problema de la entrada a Santa Fe, que ahora quiere resolverse con una Supervía "muy cara, mientras la vía...

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