Mexicanos en los campos nazis

AutorYetlaneci Alcaraz

BERLÍN.- Un día de invierno de 1944 el mexicano Joseph Sala-zar llegó, junto con otros mil 943 hombres, al campo de concentración de Buchenwald, en la Alemania nazi. Viajó en un tren que dos días antes había salido, repleto de prisioneros políticos, de la ciudad francesa de Compiégne. Abordo iban en su mayoría franceses y españoles, pero también italianos, holandeses, belgas, polacos, suizos y Salazar, oriundo de Guadalajara.

Las pertenencias de Salazar eran unos calzoncillos, una camisa, un suéter, tres chaquetas, una bufanda, dos pañuelos, un par de calcetines, unos lentes, dos cepillos de dientes, papeles, dos libros y un bolígrafo. Ante las autoridades alemanas declaró haber nacido el 13 de enero de 1910, ser mexicano, estar casado, tener dos hijos y ser mecánico.

Todo ello quedó registrado en su ficha de ingreso al campo, así como el número de matrícula 40113 que se le asignó junto con el típico triángulo invertido que portaban todos los prisioneros. En el caso de Salazar, en el centro de su triángulo había una "M", de mexicano.

No era judío, gitano, homosexual ni antisocial. No encajaba en ninguno de los grupos que los nazis tenían en la mira. ¿Qué hacía entonces un mexicano en un campo de concentración? De acuerdo con la investigación realizada por la reportera hubo cuando menos otros cuatro mexicanos en los campos nazis. Cuatro personas cuyas existencias apenas pueden ser conocidas porque quedaron plasmadas en archivos donde se afirma que nacieron en México. No más.

"Sobre el motivo de las detenciones sólo es posible hacer conjeturas, ya que mucha información fue destruida por los nazis ante las inminentes liberaciones de los campos. De los documentos que existen se deduce que los presos (mexicanos) fueron detenidos en Francia y, como prisioneros políticos, deportados a los campos de concentración. Por alguna razón que no podemos saber con precisión llamaron la atención de las fuerzas alemanas de ocupación en Francia. Quizá se debió a que participaron activamente en la resistencia", señala el jefe de Comunicación y Relaciones Públicas de la Fundación Memorial de Bran-denburgo, Horst Seferens.

En Europa hay cuando menos dos instituciones, una francesa y otra alemana, que por separado se han dado a la tarea de investigar y conservar la memoria de las víctimas de la persecución nazi. En los archivos de ambas se encuentran las huellas y registros del paso de mexicanos por los campos de concentración.

La Fundación para la Memoria de la...

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