No perdona

TALA.- La cama de Alfonso ya está ocupada. El vacío que dejó entre los Altamirano Hernández, no.

La justicia fue "light" por su muerte: el primer caso de tortura con sentencia, en el Estado.

Era el 22 de octubre del año pasado cuando policía de Tala lo subieron a una patrulla porque se había robado seis elotes y una calabaza, en el poblado de Cuxpala.

Él nunca negó el hurto y su familia creyó que el asunto no tenía ninguna importancia.

Los uniformados lo metieron en la cárcel municipal, pero presumieron que Alfonso también estaba implicado en un robo a una casa, en la misma zona donde se embolsó los alimentos.

Por ello decidieron llevarlo al "cuarto de la verdad" -como le decían los policías- ubicado en la celda 3 de la prisión que está en la misma Comisaría, según consta en el expediente 74/2014 del Juzgado Mixto de Tala. El comandante Ricardo Uribe Navarro y el policía de línea José Luis Vela Díaz llevaron el "interrogatorio", pero la mañana siguiente encontraron sin vida al detenido. En el informe de la autopsia, dentro del oficio 535/2014 de la Fiscalía General, se estableció que había sufrido golpes con la punta de un rifle que le causaron heridas internas. Los implicados solo admitieron darle...

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