Palestinos en Jerusalén: extranjeros en su país

AutorBeatriz Lecumberri

JERUSALÉN.- Las empinadas y malolientes callejuelas de Silwan recuerdan a las barriadas más pobres y abandonadas de América Latina. Bajo el sol abrasador de mediodía una unidad de las fuerzas especiales israelíes avanza con lentitud, apuntando con sus fusiles a puertas y ventanas en busca de un sospechoso. Los cuatro soldados rondan la veintena y no ocultan su nerviosismo. No en vano este barrio palestino del este de la ciudad es uno de los lugares más complicados de la ya de por sí turbulenta Jerusalén.

Jawad Siyam irrumpe en la calle sin miedo e increpa a los policías en un hebreo impecable:

-¿Qué están buscando? -No te importa -le responde uno de los soldados.

El palestino los acompaña varios metros y finalmente los sigue con la mirada hasta que terminan por perderse en la calle.

La escena, según Siyam, se repite prácticamente a diario. La ola de violencia entre israelíes y palestinos que se desató el pasado octubre ha provocado la muerte de más de 200 palestinos y de una treintena de israelíes, además de centenares de heridos, decenas de ataques, innumerables enfrentamientos y una sensación general de miedo.

En los barrios palestinos de Jerusalén, como Silwan, sus habitantes se dicen víctimas de castigos colectivos que minan aún más su ya de por sí precaria calidad de vida. Controles militares, toque de queda, redadas nocturnas y arrestos forman parte de la vida diaria de varias zonas del este de Jerusalén.

Jawad Siyam dirige el Centro de Información Wadi Hilweh de Silwan, una especie de asociación vecinal donde los niños leen y aprenden informática, al tiempo que reciben asistencia psicológica; donde se documentan minuciosamente los abusos israelíes y se presta ayuda legal a los habitantes para que puedan defenderse de dichos excesos.

En Silwan viven 55 mil palestinos y unos 400 colonos judíos convencidos de estar poblando la tierra de Israel y de recuperar uno de los lugares habitados por los judíos hace 3 mil años, donde el rey David tenía su palacio. Para ellos, Silwan se llama Kfar ha-Shiloa o Siloé y es el lugar donde se encontraban unas fuentes naturales mencionadas en la Tora, el libro sagrado del judaismo. En la Biblia, concretamente en el Evangelio de San Juan, también se menciona brevemente la piscina de Siloé como el lugar donde Jesucristo curó a un ciego de nacimiento.

"La primera familia de colonos llegó en 1987. El padre se presentó como un guía turístico. Era todo mentira. Desde entonces, los colonos son siempre las víctimas y nosotros somos los culpables. Los tribunales israelíes no nos ven como seres humanos con derechos, sino como gente que tiene que ser condenada. Todo el Estado de Israel es esclavo de los colonos", asegura Siyam.

Este activista palestino nació en Silwan hace 47 años, en la tierra donde también nacieron su padre y su abuelo. Contar su vida bastaría para describir una a una las vicisitudes que atraviesan los palestinos de Jerusalén: ha sido arrestado decenas de veces en los últimos años; sobre su casa pesa una orden de demolición de Israel; su esposa, de nacionalidad alemana, no pudo renovar su visa israelí de residencia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR