Los panistas, cómplices

AutorAlvaro Delgado

Vicente Fox pudo procesar a Elba Esther Gordillo por enriquecimiento ilícito, pero con un telefonazo de Santiago Creel, secretario de Gobernación, la dejó impune y, junto con Felipe Calderón, la hizo emblema del encubrimiento de los gobiernos panistas a la corrupción sindical, política, educativa y electoral.

Fue el 27 de noviembre de 2002, a casi 24 meses de la alternancia, cuando Gordillo compareció ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), acusada por la disidencia magisterial de ordenar el asesinato del maestro Misael Núñez, en 1981, y también por enriquecimiento ilícito.

Una hora antes de la comparecencia de la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), celebrada en el auditorio de la Procuraduría General de la República (PGR), el fiscal especial para delitos del pasado, Ignacio Carrillo Prieto, recibió en su despacho una llamada telefónica de Creel.

"Ninguna pregunta por enriquecimiento ilícito, fue la orden recibida por el fiscal. El cuestionario, armado cronológica y se-cuencialmente, perdió pies y cabeza", reveló la historiadora Ángeles Magdaleno en "Tres veces... Misael", texto incluido en el libro País de muertos, crónicas contra la impunidad, publicado en 2011 por editorial Debate.

"Efectivamente, Creel le habló a Carrillo y le dio la orden de que ni una palabra por enriquecimiento ilícito", ratifica la historiadora, consultada por el reportero. "Yo estaba ahí cuando le habló".

-¿Y se eliminaron todas las preguntas sobre el enriquecimiento ilícito de Gordillo?

-Sí, las preguntas estaban concatenadas. Se hizo un trabajo larguísimo. Empezamos con unas declaraciones en las que ella decía que era muy pobre, que le había regalado su abuelo tres hectáreas de cilantro y todas esas contradicciones. Y nada se le preguntó.

Tras el telefonema de Creel al fiscal Carrillo Prieto, la comparecencia se redujo al caso Misael, por cuyo asesinato Gordillo era inculpada, pero que, revela la historiadora, actuó con tal prepotencia que hasta pidió que le sirvieran café porque sentía frío.

"Y Carrillo se paró muy dispuesto a servirle el café. Fue muy lamentable todo eso", recuerda Magdaleno, quien censura también la impunidad de Gordillo en el homicidio. "Meses después la acusación fue desechada -escribió en el texto citado-. El argumento fue muy simple: En 1981 la maestra no era empleada federal; se desempeñaba, como se estableció líneas arriba, en el SNTE".

Todavía amenazó con presentar una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). "Lo olvidó luego de que el 3 de febrero de 2003, con un beso, sellaron ella y Marta Sahagún, empoderada y cónyuge de 'Vicente Fox, su gran amistad. Es decir, el Acuerdo por la Educación".

Este encubrimiento de Fox representó el encumbramiento de Gordillo en todo el gobierno de la alternancia: suya fue la Secretaría de Educación Pública (SEP), con Reyes Tamez Guerra, quien luego sería coordinador de la diputación federal de Nueva Alianza, el partido que fundó en ese sexenio, socio desde entonces del Partido Acción Nacional (PAN).

Las complicidades de Fox con Gordillo se trasladaron a Calderón, quien fue apoyado por ella desde la elección interna para la candidatura presidencial en 2005, y clave en...

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