El Papa viene por todo

AutorRodrigo Vera

Ante la próxima visita del Papa Benedicto XVI, su nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, confirma que uno de los temas prioritarios en la agenda papal es conseguir "libertad religiosa" plena en el país, lo cual implica cambios constitucionales que garanticen la instrucción religiosa en las escuelas públicas y la posesión de medios de comunicación masiva por la jerarquía eclesiástica, entre otros puntos.

La confirmación que hace el nuncio -el quinto en los 15 años de historia de las relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano- desmiente las declaraciones del gobierno de Felipe Calderón en el sentido de que la visita papal no tendrá tintes políticos, pues establece claramente la posibilidad de incidir como nunca antes en la naturaleza misma del Estado mexicano, laico por definición constitucional.

Christophe Pierre dice estar "muy consciente de la historia de México", marcada por "luchas y confrontaciones" entre la Iglesia y el Estado, pero señala que "no podemos ser prisioneros de la historia" sino construir una verdadera sociedad democrática. Y recomienda: "No debería partirse del miedo de que el clero o la Iglesia 'tomen el poder' o ejerzan poder político. En la actualidad esto, en mi opinión, nace más del prejuicio que de una amenaza real", pues aclara que la jerarquía no pretende "obtener privilegios" con los cambios legislativos.

Enfatiza: "La libertad religiosa es un derecho de todos los ciudadanos, sin excepción, y no una concesión otorgada por el Estado". Tal derecho -prosigue- es reconocido por varios tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948. De cualquier forma, agrega que en México hace falta "una tarea de orden cultural" para alcan-S zar la libertad religiosa.

Por lo anterior, dice, la misión que le confió Benedicto XVI es el "diálogo, con paciencia y sin cansancio, para disminuir s los prejuicios y favorecer la mutua comprensión". Sobre el encuentro que el Papa sostendrá con el presidente Calderón en la ciudad de Guanajuato el 24 de marzo, el diplomático considera que ambos sabrán aprovecharlo "para abordar temas importantes y de verdadero interés para el país y para la Iglesia".

Dos décadas de vaivén político

Reacio a dar entrevistas y a responder cuestionamientos políticos, Christophe Pierre hizo una excepción con Proceso al aceptar responder un cuestionario por escrito. Es el siguiente.

-¿Por qué esperó el Papa Benedicto XVI casi siete años para venir a México, tomando en cuenta que el Papa Juan Pablo II uino por primera uez poco tiempo después de asumir su pontificado?

-Cada Papa es diferente y también cada época. Elegido a los 78 años de edad, Benedicto XVI era consciente de que no tenía ni el tiempo ni la fuerza para visitar el mundo entero. Por ello ha tenido que elegir de modo que cada viaje, particularmente los intercontinentales, tengan un sentido especial y también simbólico para el país que visita, así como para la región y el mundo entero.

Es cierto que el Papa Juan Pablo II vino a México casi inmediatamente después de iniciar su Pontificado y fue una experiencia que impactó sobremanera al pueblo mexicano y también al Santo Padre. Pero fue una visita que tenía como particular objetivo inaugurar la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que, como bien recuerda, se celebró en la ciudad de Puebla. De la misma manera, el primer viaje del Santo Padre Benedicto XVI en América Latina tuvo como finalidad inaugurar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en la ciudad de Aparecida, en Brasil.

Ahora, la perspectiva de otro viaje en Brasil, en 2013, con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, parece haber hecho considerar y convencer al Papa de la oportunidad de...

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