Paradoja perversa

AutorDenise Dresser

Realidad revelada en encuesta tras encuesta, en sondeo tras sondeo. El apoyo electoral al priismo crece mientras el apoyo electoral al perredismo disminuye. La popularidad del tricolor sube mientras la del sol azteca desciende. El respaldo a Enrique Peña Nieto se extiende mientras que el respaldo a lo que queda del PRD se va encogiendo. Lo que una izquierda nebulosa y desdibujada siembra, un priismo triunfalista y complaciente cosecha con creces. El comportamiento poselectoral del perredismo consensualista no le ha cerrado espacios al PRI. Al contrario; se los abre y cada vez más.

En días recientes, Jesús Zambra-no ha dicho que el PRD está aquí para "decir sí". Para pactar. Para consensuar. Para dejar de mandar al diablo las instituciones, porque sabe que esa posición crea más mexicanos dispuestos a defenderlas, ya que prefieren su reforma a su destrucción. El PRD está tratando de llenar sus filas de quienes quieren acuerdos para gobernar antes que vetos para obstaculizar. El maximalismo lopezobradorista de ayer ha sido reemplazado por el gra-dualismo perredista de hoy. La izquierda responsable le está poniendo la mesa al PRI que nunca lo fue cuando estuvo en la oposición. El Pacto por México que el PRD apoya está apuntalando a la presidencia que al mismo tiempo denuesta.

Y el PRD ha cambiado de postura por los temores que incitaba. Por el conservadurismo que despertaba. Por el rechazo por parte de los votantes moderados que producía. Porque al actuar como lo hizo antes de salir a fundar Morena, AMLO resucitó todos los estereotipos superados, todos los adjetivos archivados. El PRD como el partido de los rabiosos y los recalcitrantes; el PRD con el porcentaje más alto de negativos y el porcentaje más bajo de votantes; apoyado tan sólo por su voto duro, rechazado por los electores independientes, condenado a perder en 2012 y asegurando que fuera así. Una izquierda igniscible, que allanó el camino para un priismo que se siente cada vez más legitimado.

Y López Obrador negando que eso hubiera sido cierto; negando la responsabilidad de un desenlace que había contribuido a crear. Insistiendo en posturas maximalistas que lastimaron al PRD en lugar de ayudarlo; insistiendo en convocar a la calle y a las plazas cuando no podía ayudar a los pobres o producir las transformaciones profundas que México necesitaba tan sólo gritando desde allí. La negación de la realidad que impidió transformarla. La negación como mecanismo de defensa que inhibió la...

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