Peña-Calderón, historia de un amasiato
Autor | Álvaro Delgado |
Eran cerca de las 10 de la noche cuando, ansiosos, los dos políticos llegaron casi simultáneamente a la suite del hotel Nikko, en Polanco, sede del cónclave secreto. -Hola, Felipe -saludó Enrique Peña Nieto. -Qué tal, Enrique -devolvió Felipe Calderón, tensos los dos.
Faltaban pocas semanas para la elección presidencial de 2006 y una atmósfera envenenada se extendía en México. Al encuentro insólito llegaba cada uno con su equipo.
Peña Nieto, gobernador del Estado de México, iba con Luis Vi-degaray y Jesús Murillo Karam. Acompañaban a Calderón Juan Camilo Mouriño, coordinador operativo de su campaña, y Ulises Ramírez, alcalde con licencia de Tlalnepantla, artífice de la reunión y del pacto que esa noche se cerró.
El miedo a la victoria de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda, los convocaba. El priista Roberto Ma-drazo iba en picada y Peña Nieto -con apenas 10 meses como gobernador, pero ya diseñada su futura candidatura presidencial-se unió a Calderón.
Ante los tres prominentes priistas, Mouriño y Ramírez expusieron -en cinco minutos- el apremio por los votos en la elección que se preveía cerrada ante López Obrador. Enseguida Peña y Calderón se reunieron a solas hora y media.
Al abandonar la suite, ya relajados y sonrientes, ambos informaron a Videgaray y Murillo Karam, así como a Mouriño y Ramírez, del resultado del pacto: el 2 de julio, día de la elección, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del Estado de México "operaría" para transferirle 200 mil votos priistas a Calderón, candidato del Partido Acción Nacional (PAN).
"Ahí se definió la Presidencia de la República", se ufana Ulises Ramírez cuando narra este episodio histórico, reservado desde entonces a ese pequeño grupo de políticos, a quienes Peña y Calderón ordenaron mantener en secreto para siempre.
Ese pacto secreto definió la Presidencia de la República en 2006 -240 mil votos fueron la diferencia en la elección-, pero también la de Peña Nieto, en 2012, cuando Calderón saboteó la campaña de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, y operó para el triunfo del priista, también ante López Obrador.
En la reunión que tuvieron a solas durante hora y media, Peña y Calderón hablaron también del futuro de Margarita Zavala -mujer de éste y prima política de Videgaray-, en un contubernio que el entonces gobernador priista honró al entregar los 200 mil votos prometidos.
"La meta que teníamos en el Estado de México era sacar 1 millón 500 mil votos y logramos 1 millón 700 mil y cacho. Los 200 mil fueron producto de esa reunión", ha contado Ramírez, exsenador y actual diputado federal panista que antes militó en el PRI.
En la elección presidencial de 2006, Madrazo, candidato del PRI-Partido Verde, obtuvo sólo 18% de los votos en el Estado de México (1 millón, en números redondos), mientras López Obrador arrasó con 43% (2 millones 500 mil); Calderón alcanzó un millón 700 mil sufragios -con los 200 mil que le abonó Peña-, equivalentes a 31% de la votación.
Un año antes Peña Nieto ganó la gubernatura con 1 millón 801 mil votos (49% de la votación total) -casi la misma cifra que obtuvo Calderón-, por 936 mil (25.6%) de Rubén Mendoza Ayala, candidato del PAN, y 918 mil (25.11%) de Yeidckol Polevnsky, contendiente por la izquierda.
Enterado de este contubernio, gracias a dos distintas fuentes del PAN, busqué a Ramírez para profundizar la información. Sorprendido, obsesivo por...
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