El periplo mexicano de "Poeta en Nueva York"

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- El 14 de julio de 1936, Federico García Lorca dejó en las oficinas de la revista Cruz y Raya, en Madrid, un sobre con sus últimos poemas para su publicación y una nota dirigida a su amigo, el editor José Bergamín, quien estaba ausente en esos momentos. Decía:

"Querido Pepe: he estado a verte y creo que volveré mañana."

Nunca más se volvieron a ver. El 18 de julio inicia el levantamiento militar contra el gobierno de la República. García Lorca viaja en esos días a Granada pensando que estaría más seguro en su ciudad natal; pero ahí es donde encontró la muerte, fusilado.

En medio de la convulsión política, Bergamín sale precipitadamente hacia París y, tiempo después, llega a México con el manuscrito original que le había dejado su amigo. En la Ciudad de México fundó la Editorial Séneca. En 1940, haciendo justicia al compromiso con García Lorca, Bergamín publica la primera edición de esos poemas que tenían como título Poeta en Nueva York, una de las obras más aclamadas del escritor granadino.

Cincuenta y nueve años después de ver la luz esa primera edición, el martes 16 de noviembre de 1999, el abogado mexicano Javier Quijano Baz recibe una llamada por teléfono del abogado madrileño Manuel Fernández-Montesinos García, sobrino y uno de los herederos de García Lorca.

Fernández-Montesinos García es hijo de Concepción, hermana del poeta, y de Manuel Fernández-Montesinos, quien fuera alcalde socialista de Granada y una de las primeras víctimas del levantamiento militar; asesinado en el ejercicio de su cargo el 3 de agosto de 1936, dos semanas antes que Federico.

El representante de la sucesión requiere de la colaboración profesional de Quijano Baz a efecto de impedir la venta en subasta pública del manuscrito original de Poeta en Nueva York, programada para las 10 horas del 29 de ese mes de noviembre, en Londres por la casa de subasta Christie's, a solicitud y en nombre de la mexicana Manuela Saavedra de Aldama, quien se ostentaba como propietaria. El propósito era tener una opinión escrita de un experto en derecho penal mexicano para presentarla el 22 de noviembre ante un juez competente en Londres, en el sentido de que la propiedad del manuscrito correspondía a la sucesión.

Este relato, escrito por Quijano Baz, forma parte de su ensayo Federico García Lorca y el Derecho Civil Mexicano, que se publicó en el libro Homenaje a Raúl Medina Mora, editado por la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (2008), en el que relata con detalle el...

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