El Pitufo, otro soplón a sueldo

AutorAnabel Hernández

El 5 de septiembre de 2008, Luis Hernández Gálvez se presentó en la Unidad Especializada en Investigación de Secuestros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SI EDO) de la PGR para denunciar el secuestro de su padre, Luis Hernández Gutiérrez (75 años), el 4 de septiembre de 2008.

A los pocos días, el 12 de septiembre, la familia pagó 293 mil pesos de los 3 millones de rescate que sus captores exigían. Pese al pago, los secuestradores siguieron exigiendo los 3 millones de pesos.

El 20 de septiembre, en un descuido de sus captores, el secuestrado logró escapar y solicitó el apoyo de policías de Tepotzotlán, Estado de México. Los agentes fueron a la casa de seguridad donde Hernández había permanecido y aprehendieron a José Salvador Puga Quintanilla, quien entonces usaba el apodo de El Gordo, y a Javier Eduardo Ba-rrón ElArqui. La víctima los reconoció plenamente como sus plagiarios.

En el operativo fueron aseguradas dos pistolas y 464 gramos de goma de opio. Y el 21 de septiembre de 2008, la averiguación previa Tol/SPILDO/085/2008, abierta por el delito de secuestro, fue turnada a la Unidad Especializada de Investigación de Secuestros de la SIEDO. El Gordo y ElArqui fueron puestos a disposición de esta subprocuraduría, entonces encabezada por Marisela Morales, y quedaron retenidos en un centro de arraigo.

Puga Quintanilla ya tenía un largo historial criminal. Existía la averiguación previa abierta en Tamaulipas AP/PGR/TAM-PAS/CV-VFFAFE/2402/2007 por violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en la que El Gordo aparece como inculpado.

Teniéndolo a la mano, la PGR lo usó para incriminar a Javier Herrera Valles, coordinador regional de la Policía Federal (PF), quien llevaba todo el año de 2008 documentando y denunciando las irregularidades en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, cuyo titular era Genaro García Luna.

El 29 de octubre de 2008, Puga Quintanilla se presentó a declarar ante la SIEDO y señaló que había trabajado durante cuatro años para el Cártel del Golfo, que le constaban diferentes hechos delictivos de esta organización, que su deseo era declararto-do lo que conocía y colaborar con la PGR, siempre que se le integrara al sistema de testigos protegidos.

Ese mismo día la PGR formuló el acuerdo de derechos de testigo colaborador y El Gordo fue bautizado con la clave Pitufo; se le otorgaron entonces los beneficios del artículo 35 fracción I de la Ley Federal contra la...

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