Que sea un placer

Los padres deben evitar imponer la lectura y horarios para leer, así como no preguntarle al niño sobre ella como si estuvieran tomando una lección.

Prácticamente, desde que nacen, deben prepararse para aprender a leer. Carteles, logos, e incluso la misma televisión, les da los conocimientos previos de lo que es este delicioso placer.

"Es muy cierto que a los niños les da flojera, es un hábito que se fomenta en casa, y va desde leer las instrucciones de un juego", explica Cristina Leal, maestra pedagoga.

Por eso recomienda que los padres realicen con ellos actividades que lo estimulen. Por ejemplo, que los lleven al supermercado para que de tanto ver las etiquetas de los productos y los avisos de los estantes aprendan a descifrarlos.

Así mismo, aconseja que los adultos les hagan juegos de palabras y les señalen qué dice en los anuncios que ven en las calles.

Para fomentar el hábito, señala, hay que tener en cuenta que los padres de familia son los que juegan el papel más importante, porque con los hábitos no se nace, sino que estos se van creando desde la infancia.

Las lecturas y metas deben incrementar con la edad; incluso, al entrar a grados escolares de mayor complejidad, los padres deben estar atentos a la curricula impuesta por maestros y colegios para estar al tanto de los temas a tratar, y corroborar que el alumno esté preparado en cuanto a sus niveles de comprensión...

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