Cuando el planeta muere…

AutorJosé Sarukhán

Hace tres décadas, cuando los conflictos bélicos de occidente con el oriente despegaban con brío dominando las noticias, afirmaba en mis conferencias y textos que en poco tiempo los asuntos ambientales globales dominarían buena parte de las discusiones y las negociaciones internacionales. Es claro que estamos ya en esa situación, a pesar de que los asuntos de tipo bélico y terrorista no hayan desaparecido.

Antes de entrar en materia acerca de las relaciones entre el cambio climático y la diversidad biológica, habría que empezar afirmando que la gran mayoría de la gente, en el nuestro y en casi todos los países, no tiene noción cercana de la dimensión del problema que enfrentamos respecto al calentamiento de la atmósfera y la pérdida de la diversidad biológica contenida en los ecosistemas del planeta, y menos aun acerca de las influencias mutuas entre el cambio climático y los ecosistemas marinos y terrestres.

También hay que afirmar de inicio que la pérdida de los ecosistemas naturales de los que nuestra vida y bienestar dependen es un problema igualmente –o aun más– serio que el cambio climático, a pesar de que el tema de la biodiversidad no goce de la ventaja de Oscares y Premios Nobel.

Igualmente debe quedar claro que resulta imposible encarar felizmente la solución de los problemas relacionados con el cambio climático sin atender los referentes a la pérdida de la diversidad biológica. Con toda la importancia que irá adquiriendo el cambio climático como factor de disrupción de la biodiversidad del planeta, en este momento y todavía por varias décadas en el futuro la principal causa de pérdida de la diversidad biológica contenida en los ecosistemas naturales es el cambio del uso del suelo, es decir la deforestación para transformar los ecosistemas naturales para fines agropecuarios o desarrollos urbanos y/o turísticos.

Desde luego estamos empezando a ver síntomas de la modificación de los climas sobre la diversidad biológica. La severidad y velocidad de los cambios de clima han estimulado a conocer sus efectos en los ecosistemas, en especial sobre los animales y plantas que viven en ellos. Esta es una tarea difícil y compleja, pues apenas conocemos algo sobre las respuestas fisiológicas y de comportamiento de unos cuantos cientos de especies del mundo, en especial vertebrados y algunas plantas de zonas templadas; ese escaso conocimiento limita la predicción del comportamiento del ecosistema entero en el que dichas especies se encuentran...

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