Respuesta inmediata

AutorJohn M. Ackerman

El año pasado tuvimos que esperar casi dos meses para que un medio internacional, The Associated Press, diera a conocer información verídica sobre la matanza de Tlatlaya. Fue más veloz la reacción a la masacre y desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, pero también en este caso tuvieron que transcurrir un par de semanas para que la sociedad abriera los ojos a lo que realmente había ocurrido aquella fatídica noche en Iguala. En contraste, la opinión pública se movilizó de manera inmediata ante el asesinato de Espinosa y Vera.

No habían pasado ni 24 horas de la masacre en la colonia Narvarte del Distrito Federal cuando ya existía una indignación generalizada entre la sociedad. Un grupo de periodistas y activistas convocaron inmediatamente a una protesta en el Ángel de la Independencia, y empezaron a fluir docenas de Vera, la retrógrada política autoritaria del gobernador de Veracruz Javier Duarte, y los graves peligros que corren los periodistas todos los días en el país. Esta formidable cobertura nacional tuvo un impacto con la publicación de notas importantes sobre el caso en The Guardian, El País y Le Monde denunciando el ataque constante en contra de la libertad de expresión en México.

La respuesta tan veloz y contundente de la sociedad y de la prensa crítica agarró por sorpresa al régimen corrupto. En un intento desesperado por desviar la atención de la naturaleza eminentemente política de los homicidios, el procurador capitalino, Rodolfo Ríos, primero lanzó la hipótesis absolutamente irresponsable de que podrían haber sido el resultado de un "robo". Posteriormente, el gobierno derechista y antipopular de Miguel Ángel Mancera filtraría ilegalmente información a medios leales, incluyendo un video que mostraría a los presuntos asesinos subiéndose a un auto de lujo, y versiones falsas sobre la supuesta celebración de una "fiesta" en el departamento de la Narvarte.

Después le tocaría a uno de los voceros más cínicos del régimen asesino, Luis Cárdenas, lanzar la ridicula teoría de que el "verdadero" blanco del ataque habría sido la amiga colombiana de Espinosa y Vera. Para rematar, el senador priista de Hidalgo David Penchyna, principal promotor de la retrógrada "reforma energética" desde su posición como presidente de la Comisión de Energía, "celebraría los avances" de la procuraduría capitalina y descalificaría la idea de que Espinosa hubiera sufrido amenazas en Veracruz por su labor periodística. El diputado federal priista José...

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