Rompen el cielo

FOTOS: FERNANDO CAMACHO

Macondo, Juventud Latina y Sensación Latina pusieron de cabeza la explanada Lázaro Cárdenas y hasta hicieron surgir a una estrella.

El lucero en cuestión fue Maika, quien con uno o con otro le entró a la verdura y hasta a los malabares.

A la morena no le importó verse sospechosa agarrándose los melones chinos que traía al frente en cada vuelta que daba.

De tanto manoseo parecía que, al igual que los que la rodeaban, presentía que se le iban a salir los atributos por la blusa incapaz de aguantar tanto giro.

Nada tontos los que la sacaban a mover el bote la agarraban como trompo y cada vez la alejaban con más fuerza.

De tanto que llevaba la mano por arriba, a la morena no le quedó otra opción más que desatender un poco a la fila con el fin de ver si se le desentumía el brazo.

Entre los dignos arrimones de todo baile que se respete, Maika también dio deleite a los aventados, que se peleaban por ella y hasta se la jalaban a la pista aunque le costara respirar.

Los bailarines hicieron cola para deleitarse con la desproporcionada retaguardia que se cargaba la joven, cuya sospechosa manzana de Adán subía de arriba abajo por los jadeos.

Mientras la más bailada se recuperaba, los danzarines se entretuvieron viendo a las otras parejas o escuchando los comentarios de Pio de Sensación Latina a quien se le notaban unas cuantas copas de más.

Además de la morena que fue zangoloteada por toda la plaza, hubo una sorpresa más: la presencia de Claudio Soto.

"Aquí les presentamos a nuestro invitado el salsero colombiano", dijo Pío, quien pareció olvidar el nombre del sudamericano.

Después de que la leyenda de la cumbia fue presentada...

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