La sobrina sin remedio / Chris Diamond, joya de alto karat

Toda historia tiene principio, desarrollo y final... La columna de hoy es el desenlace de mi experiencia con el Diamante de @ChrisDiamondX

Me quedé en que yo buscaba ese diamante tan codiciado en su entrepierna. Desesperada, bajé su pantalón y ahí encontré el tesoro. No pude resistirme a darle un lengüetazo, esa piedra preciosa tenía que ser probada, pasar por mi control de calidad, lo había visto tantas veces en fotos que necesitaba descubrir si su sabor era como me lo había imaginado.

Varias veces recorrí su diamante de alto quilataje desde la base hasta la punta rodeando su cabecita con mi lengua. Ya humedecido, lo engullí de un bocado. Lo acariciaba con la lengua mientras entraba y salía de mi boca. Cuando el filete que tengo frente a mí es grueso y jugoso me gusta ser caníbal, me provoca tragármelo, aunque no me cabe y me quedo corta, pues como soy Petite de todos lados, mi mandíbula también tiene restricciones.

Nos recostamos en la cama. Ahora él quería encontrar mi flor de oro, al parecer él también es caníbal por que se la comía tan rico que sólo de acordarme se me pone la piel chinita, pero en ese momento yo no quería sentir su lengua, yo quería que me atacara su monstruo. Lo tomo del cabello y lo jalo hacia mí, lo acomodo en el lugar correcto para que me entre completo, él acostado sobre mí, su cara frente a la mía, yo abrazándolo y rodeando su cintura con mis piernas. Me dio un largo y profundo beso justo cuando comenzó a introducir su diamante en mi pequeño alhajero.

Cuando entró la puntita, me asusté mucho, tenía sentimientos encontrados. Como les platiqué, tengo más de 6 años con mi novio, así que hace demasiado tiempo que no estaba con un chico que me gustara tanto, que tuviera sexo con él por placer sin algún intercambio de $$ y mucho menos con alguien que yo sabía que me haría ver las estrellas con sólo metérmela, entonces le pedí que parara, él me pregunto "¿por qué?", le dije "es que nooo", yo estaba muerta de miedo, pero él no paró y siguió entrando poco a poco. Claro que mi florecita se abría más con cada centímetro suyo adentro, sentía riquísimo, el problema es que la base de su trozo es más ancha de lo que me acostumbro comer, así que no entraba completo, aún así yo me retorcía de placer.

Sentía su respiración en mi cuello, su perfume me que derretía, ver su carita linda y afilada como me gustan, se cuerpo firme y marcado encima de mí, tocar con mis manos ese lugar donde termina la cintura y comienzan los glúteos para...

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