Degradación social

AutorRafael Croda

TEGUCIGALPA.- El ministro hondureno de Seguridad, Arturo Corrales, celebra una noticia: De entre los países que no están en guerra, su país dejó de ser el más violento del mundo. Ocupó ese sitio durante los últimos cuatro años, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) y otras agencias internacionales. El año anterior, Honduras registró una tasa de 79 homicidios por cada 100 mil habitantes, la más alta a nivel global junto con la de Venezuela, pero en el transcurso de 2014, según cifras del Ministerio de Seguridad, los asesinatos se han reducido 24.3% con respecto a 2013, y entre enero pasado y el transcurso de marzo han promediado 14 por día. De esta manera, la tasa de homicidios en Honduras se ubica en 59 por cada 100 mil habitantes, cifra similar a la de 2008.

Corrales declara a Proceso: "La tasa sigue reduciéndose. Con las 14 muertes diarias promedio que tenemos ahora nos acercamos a 50 homicidios por cada 100 mil habitantes. Entonces ya no somos el país más violento del mundo, sin duda alguna. Al final de este año esperamos estar de nuevo como estábamos en 2006 (46.2 por cada 100 mil habitantes)".

En 2006 se desató en este país centroamericano la cantidad de asesinatos vinculados al narcotráfico. Las razones fueron que la guerra anticrimen en México empujó a los traficantes hacia el sur y los éxitos de Colombia en el desmantelamiento de sus cárteles.

La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Migdonia Ayestas, indica que, de acuerdo con sus registros, en enero de 2014 bajó 18% el número de homicidios respecto al mismo mes de 2013 -pero al mismo tiempo se ha producido un aumento de los asesinatos múltiples por los ajustes de cuentas en el mundo del hampa-.

"Este año tenemos más homicidios selectivos, con una modalidad claramente sicarial de ajuste de cuentas (el año pasado, 13% de los asesinatos tuvieron esta característica)", señala la socióloga y maestra en estudios sobre la violencia por la Universidad de Lund, en Suecia.

Para Ayestas la violencia en Honduras responde a causas estructurales, como la corrupción endémica en la policía y el ejército, lo que "dio paso a que nos convirtiéramos en un puente de la droga: 80% de la cocaína que va a Estados Unidos llega aquí, por mar, por aire, a pistas clandestinas que en muchos casos son del conocimiento público; ahí hay corrupción e involucramiento de la policía. Tenemos...

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