Sola contra “los señores de la guerra”

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- Ha esquivado la muerte desde los 24 años, cuando denunció por primera vez a los “señores de la guerra” de Afganistán, quienes se habían apoderado del endeble “proceso democrático” de su país para luego ocupar 60% de los escaños del parlamento afgano y las posiciones clave del gobierno del presidente Hamid Karzai.

En diciembre de 2003 esa joven delegada tomó el micrófono en la asamblea tribal conocida como Loya Jirga, en una sesión en la que se buscaba ratificar la Constitución, primera piedra para la construcción de una democracia “tutelada por Estados Unidos” tras el derrocamiento del régimen talibán.

“Mi nombre es Malalai Joya, vengo de la provincia de Farah. Con el permiso de los respetables asistentes a la reunión, y en nombre de Alá y de todos los mártires en el camino hacia la libertad, quiero dirigirme a ustedes unos minutos.

“Mi crítica a todos mis compatriotas es: ¿por qué permiten poner en duda la legitimidad y legalidad de esta Loya Jirga debido a la presencia de esos criminales que han llevado a nuestro país al estado en que se encuentra? ¿Por qué deberíamos consentir que los criminales estén presentes aquí?”

De figura menuda pero vehemente al hablar, Malalai acusó a muchos de los presentes en esa reunión de ser los señores de la guerra que lanzaron a Afganistán a una espiral de conflictos armados desde fines de los setenta, de provocar muerte y destrucción en aras de obtener el poder e imponer su ley, de ser “los elementos más misóginos” y que deberían ser “procesados en cortes nacionales e internacionales”.

La mayoría de esos hombres de larga barba y turbante a los que acusaba por la matanza de miles de inocentes, formaron parte de la resistencia de los mujahidines a la invasión soviética, entre 1979 y 1989. Tras la expulsión del Ejército Rojo ellos mismos se enfrascaron en una guerra civil para tomar el poder, del que fueron desplazados por los talibanes.

Después del 11 de septiembre de 2001, ellos mismos, agrupados en la llamada Alianza del Norte, fueron los aliados de la operación Libertad Duradera, con la que Estados Unidos expulsó al régimen talibán. Algunos de esos señores de la guerra y sus enemigos, los talibanes, dice Malalai Joya, son responsables de la producción de opio, la mayor en el mundo, que abastece 92% del mercado mundial.

La joven delegada de la provincia de Farah no logró terminar su discurso porque el portavoz de la asamblea, Sibghatullah Mojaddedi, le apagó el micrófono y la acusó de “faltarle al respeto” a los presentes. “Ha cometido usted un grave error… ha cruzado la línea”...

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