Subterráneo / Violación de garantías

"A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad".

Tal es el texto en vigor del artículo 5 de la Constitución. El principio, que nos viene desde la Constitución del 1857, consagra una de las garantías individuales fundamentales de la época moderna: la libertad de trabajo. La disposición surgió porque las uniones de quienes ejercían ciertos oficios pretendían seguir teniendo el monopolio de las mismas, tal como lo habían tenido durante el período colonial, y mientras no se consagrara la libertad de trabajo México no podía prosperar.

Hoy en día el principio no sólo implica que las autoridades están obligadas a proteger a toda persona que quiera dedicarse a un oficio, comercio o trabajo lícito, sino que ha de entendérselo, además, en el sentido de que al Poder Ejecutivo le está prohibido impedir que una persona se dedique a la ocupación que le acomode. Sólo hay un caso en que puede hacerlo: "cuando se ofendan los derechos de la sociedad" y dicte legalmente una resolución gubernativa. En cualquier otra circunstancia el único que está facultado para limitar la libertad de trabajar es un juez.

Señalo lo anterior porque Andrés Manuel López Obrador y su jefe de policía están violando la Constitución de manera flagrante al ordenar que se "retire" del Paseo de la Reforma, avenida Juárez y la Alameda central, a vendedores que trabajan a pie, a voceadores de periódicos y a limpiaparabrisas. El oficio al que ha decidido dedicarse cada uno de ellos es lícito y, al menos hasta ahora, no hay reglamento alguno prohibiendo que lo hagan en tales avenidas. Hasta donde se sabe el Congreso de la Unión tampoco ha llegado a aprobar ley alguna que señale que en caso de contradicción entre la Constitución y las recomendaciones de Giuliani, privan las segundas.

Las personas que ofrecen mercancías caminando entre los autos, tanto como los voceadores de periódicos o los vendedores de lotería, están haciendo una oferta y nada más. Desde siempre la calle ha sido su espacio natural de trabajo. Los limpiaparabrisas son criticados porque imponen un trabajo no solicitado y no hay duda de que en muchos casos eso es cierto. Sólo que aun y cuando lo sea, la policía...

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